Una Billonaria Visita la Tumba de su Hijo y Encuentra a una Mujer Mexicana Llorando con un Niño…

¿Cómo aquella mujer humilde podía afirmar que él había cambiado su vida? La ayudó, repitió la billonaria incrédula. ¿Cómo es eso? No entiendo. Camila apretó al niño contra su pecho y respiró hondo, como si luchara contra la vergüenza y el dolor. Yo trabajaba limpiando oficinas en horarios largos, muchas veces hasta la madrugada.

Un día yo estaba cansada, con hambre y con miedo de perder mi empleo. Su hijo apareció. Él me trató como nadie lo había hecho jamás. No me miró con desprecio. Él me ofreció comida, escuchó mi historia y me dio una oportunidad. Elenor sintió que su corazón se aceleraba. Cada palabra parecía abrir una nueva fisura en la imagen que ella tenía de David.

David, él nunca me contó esto. Camila asintió con lágrimas cayendo una vez más. Él me ayudó a pagar el alquiler cuando estaba a punto de ser desalojada. Él, Su falló, pero forzó las palabras. Él era bondadoso y este niño miró al niño rubio en sus brazos con los ojos llorosos. Él es la prueba de ello. El aire pareció desaparecer de los pulmones de Elenor.

El shock atravesó su cuerpo como un relámpago. El niño miró a la billonaria con una inocencia perturbadora y por un instante Eleanor vio en sus ojos la misma intensidad que existía en los de David cuando era niño. ¿Qué me está queriendo decir?, preguntó la billonaria, su voz oscilando entre la ira y la desesperación.

Camila cerró los ojos, respiró hondo y respondió con firmeza, aunque su voz aún estuviera embargada. Este niño es su hijo. Eleanor dio un paso hacia atrás como si hubiera recibido un golpe. El mundo giraba a su alrededor y los recuerdos de su hijo invadían su mente en olas dolorosas. La idea era absurda, pero el instinto le gritaba por dentro que era verdad.

David, tan generoso, tan diferente a ella en muchos aspectos, sí podría haber hecho algo así, escondido sin revelárselo jamás a su propia madre. El silencio fue roto por un soy contenido de Camila. Yo nunca busqué dinero, nunca busqué fama, solo quería que mi hijo supiera quién era su padre, solo quería que tuviera un recuerdo, una parte del hombre bueno que David fue. Eleanor temblaba.

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