“Un millonario vio a su exnovia pidiendo limosna en la calle con tres niños que se parecían mucho a él — lo que sucedió a continuación te romperá el corazón”.

“Un millonario vio a su exnovia pidiendo limosna en la calle con tres niños que se parecían mucho a él — lo que sucedió a continuación te romperá el corazón”.

Era una gélida mañana de diciembre en el centro de Chicago cuando Ethan Wallace, un millonario tecnológico de 35 años, salió de su Tesla para tomar un café antes de una reunión de negocios. Estaba revisando sus correos electrónicos cuando algo en la acera lo hizo congelarse.

Allí, sentada contra una pared de ladrillos, había una mujer con el cabello desordenado, un abrigo roto y tres niños acurrucados a su alrededor buscando calor. Sostenía un cartel de cartón que decía: “Por favor, ayúdennos. Cualquier cosa importa”.

Pero no fue el cartel lo que hizo que Ethan se detuviera, fue su rostro. Clara.

Su exnovia de la universidad, la mujer con la que una vez pensó que se casaría. Y los tres niños a su lado… se parecían inconfundiblemente a él. La misma nariz afilada, ojos color avellana y hoyuelos. Su corazón latió con fuerza.

Por un momento, Ethan pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada. Habían pasado más de siete años desde la última vez que vio a Clara. En aquel entonces, él había roto con ella después de recibir una oferta para mudarse a San Francisco y construir su startup. Prometió mantenerse en contacto, pero nunca lo hizo. La compañía explotó en éxito y su vida se convirtió en un torbellino de reuniones, inversores y lujo.

Ahora, ella estaba justo allí, en la calle, pidiendo monedas.

Se acercó, inseguro de si ella lo reconocería. Ella levantó la mirada; sus ojos se abrieron de par en par, y luego bajó la vista rápidamente, como si estuviera avergonzada. El pecho de Ethan se oprimió.

“¿Clara?”, susurró él. Ella dudó. “Ethan… ha pasado mucho tiempo”.

Leave a Comment