Un millonario ve el comienzo de su amor de la infancia con dos gemelas de tres años, ¡y la reconoce! Pero lo que hace después es increíble…

Lo estás haciendo muy bien, ¿lo sabes? Olivia levantó la vista, sorprendida por su tono desenfadado. Lo estoy intentando, pero aún siento que puedo mejorar. Eres exigente contigo mismo, y eso es bueno, pero quiero que sepas que estoy orgullosa de todo lo que estás logrando.

Sus mejillas se sonrojaron levemente y volvió la mirada a la pantalla. El cumplido de Logan parecía más que un simple elogio profesional. Había una calidez en su voz que no pudo ignorar.

El tiempo parecía pasar rápido, mientras su vínculo se profundizaba de forma natural. Logan siempre encontraba maneras de demostrarle cariño, ya fuera con pequeños gestos o palabras que hacían sentir especial a Olivia. Por su parte, se dio cuenta de que poco a poco iba derribando las barreras protectoras que había construido, aunque aún mantenía una sutil vigilancia.

Una noche, después de que los gemelos se acostaran, Logan sugirió que Olivia lo acompañara a la terraza de la mansión. Ella dudó, pero se dejó llevar por la curiosidad. Al llegar, Olivia quedó maravillada con la vista.

Las luces de la ciudad brillaban como estrellas, y el aire fresco de la noche traía una calma que contrastaba con el bullicio habitual de Nueva York. Logan estaba de pie junto a ella, admirando en silencio cómo sus ojos reflejaban el resplandor de la ciudad. «Solía subir aquí cuando necesitaba pensar», dijo finalmente, «pero últimamente ya no siento esa necesidad».

Creo que es porque he encontrado algo que me da más paz. Olivia se volvió hacia él, percibiendo que había algo más tras sus palabras. «¿Qué te da esa paz, Logan? Tú», dijo sin dudar.

Sus palabras la sorprendieron y, por un momento, se quedó sin palabras. Logan se acercó un paso más, acortando la distancia entre ellos. Desde el momento en que te vi esa noche, algo cambió en mi interior, y al pasar más tiempo juntos, me he dado cuenta de que lo que siento por ti es diferente a todo lo que he experimentado.

El corazón de Olivia se aceleró. Sabía que sus sentimientos por Logan estaban creciendo, pero escuchar su confesión en voz alta hizo que todo pareciera más real. Logan, yo… Todo esto es tan nuevo para mí.

Todavía estoy intentando recuperar el equilibrio, ser fuerte por mí y por las niñas. No te pido que te apresures, Olivia. Solo quiero que sepas cómo me siento.

Respiró hondo y lo miró a los ojos. Había una sinceridad en ellos que no podía ignorar, y por primera vez en años, sintió que podría ser seguro volver a abrir su corazón. «Yo también siento algo por ti, Logan».

Pero necesito tiempo. Necesito estar seguro de que estoy listo para seguir adelante. Logan asintió, respetando su vacilación.

Esperaría lo que fuera necesario. Su momento fue interrumpido por el lejano retumbar de un trueno, anunciando la llegada de una tormenta. Olivia miró hacia el horizonte, sintiendo la brisa fresca en el rostro.

Deberíamos entrar antes de que empiece a llover, sugirió. Logan estuvo de acuerdo, pero el brillo en sus ojos dejó claro que esta conversación había cambiado algo entre ellos. En los días siguientes, la atmósfera entre Olivia y Logan se volvió más emotiva.

Había una sutil tensión en sus interacciones, como si ambos buscaran un equilibrio entre lo personal y lo profesional. Una noche, Logan decidió sorprender a Olivia con una cena especial. Le pidió a la criada que cuidara a los gemelos y preparó personalmente una comida para ambos.

Cuando Olivia bajó y vio la mesa elegantemente puesta, se quedó sin palabras. “¿Tú hiciste todo esto?”, preguntó con incredulidad. “Quería hacer algo especial para ti”, respondió él con una sonrisa.

Durante la cena, hablaron de todo: del trabajo, de los recuerdos de la infancia, de los sueños de futuro. La conversación fluyó con naturalidad y se sintieron cada vez más cómodos el uno con el otro.

Nunca imaginé que estaría aquí con esta oportunidad de empezar de nuevo, dijo Olivia, reflexionando. Y si no fuera por ti, Logan, no sé dónde estaríamos ahora. Estarías peleando en algún lugar, como siempre.

Solo tuve el privilegio de ayudar. Pero fue más que eso. Creíste en mí cuando nadie más lo hizo.

Eso lo cambia todo. Logan se inclinó sobre la mesa y le tomó la mano. Siempre creeré en ti, Olivia.

Siempre. Su tacto era cálido y reconfortante, y Olivia sintió que los muros que había construido a lo largo de los años empezaban a derrumbarse. Sabía que aún tenía miedo, pero también sabía que Logan era diferente a cualquier otra persona que hubiera conocido.

Al terminar la cena, Logan la acompañó hasta la puerta de su habitación. Por un momento, se quedaron en silencio, mirándose. «Buenas noches, Logan», dijo Olivia con dulzura y una sonrisa amable.

Buenas noches, Olivia. Al cerrar la puerta, se apoyó en ella, sintiendo el corazón latirle con fuerza. Por primera vez en años, se permitió imaginar un futuro donde no estuviera sola.

Logan, mientras tanto, bajó las escaleras con una sonrisa. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesto a dar todo lo necesario para conquistar por completo el corazón de Olivia. Esa noche, cuando por fin empezó a llover, ambos se durmieron con una renovada esperanza, como si el futuro comenzara a revelarse.

La vida cotidiana de Olivia y Logan comenzó a fluir con una sorprendente naturalidad que los tomó a ambos por sorpresa. Los gemelos se encariñaban cada vez más con Logan, y él, a su vez, les demostraba un cariño genuino. Sin embargo, Olivia aún tenía momentos de duda, no sobre sus sentimientos, sino sobre si estaba lista para volver a confiar plenamente en alguien.

Una tarde, mientras Olivia trabajaba en informes en la oficina, su teléfono vibró sobre el escritorio. Era un mensaje de un número desconocido. Al abrirlo, vio una foto de Logan hablando con una elegante mujer en un restaurante.

El pie de foto decía: “¿Sabes realmente quién es?”. A Olivia se le aceleró el corazón. Aunque sabía que Logan tenía vida social y contactos profesionales, el mensaje la inquietó. La duda que había intentado apartar regresó de golpe.

¿Quién era esa mujer? ¿Y por qué alguien le enviaría un mensaje así? Logan llegó a casa más tarde ese mismo día, aparentemente tranquilo. Encontró a Olivia en la sala, con los gemelos jugando cerca. Inmediatamente notó que algo andaba mal.

¿Estás bien?, preguntó, sentándose a su lado. Olivia dudó un momento antes de mostrarle el mensaje. Recibí esto hoy.

Logan frunció el ceño al mirar la imagen. Era una reunión de negocios. Es una consultora que estamos contratando para un proyecto.

Olivia quería creerle, pero el mensaje había empañado su confianza. ¿Por qué alguien me enviaría esto, Logan? Siento que intentan advertirme sobre algo. No lo sé, pero puedo averiguarlo.

Olivia, tienes que confiar en mí. Nunca haría nada que te hiciera daño. Su voz era firme y su tono transmitía auténtica sinceridad.

Olivia lo miró a los ojos y vio algo que no podía ignorar: la transparencia de alguien sin nada que ocultar. Quiero confiar en ti, Logan, pero esto me pilló desprevenida. Toda mi vida ha estado llena de decepciones, y es difícil ignorar ese miedo.

Logan le tomó las manos con suavidad, apretándolas para tranquilizarla. «Lo entiendo, Olivia. No te presionaré».

Solo quiero que sepas que estoy aquí para afrontar cualquier cosa a tu lado. En los días siguientes, Logan investigó la fuente del mensaje y descubrió que lo había enviado un exempleado descontento al que había despedido hacía meses. Le mostró las pruebas a Olivia, dejándole claro que no había nada que temer.

Olivia sintió una mezcla de alivio y culpa. Sabía que aún estaba aprendiendo a confiar, pero también se dio cuenta de que Logan estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para garantizar su seguridad emocional. Una noche, después de acostar a los gemelos, Olivia fue a la oficina de Logan.

Estaba concentrado en unos documentos, pero levantó la vista cuando ella entró. —¿Podemos hablar? —preguntó ella, cerrando la puerta tras ella. —Por supuesto.

¿Qué piensas? Olivia se sentó en la silla frente a su escritorio y respiró hondo. Quiero disculparme por dudar de ti. Sé que el mensaje me impactó, pero eso no justifica mi desconfianza.

Siempre has sido honesta conmigo, y debo ser justo contigo. Logan le dedicó una suave sonrisa. No necesitas disculparte, Olivia.

Sé lo difícil que es para ti bajar la guardia. Estoy aquí para ayudarte, no para juzgarte. Sus palabras tocaron la fibra sensible, y Olivia sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas.

Leave a Comment