habría pasado no puedo permitir que sigas expuesta te lo pido por favor ven
conmigo y si vuelve a pasar y si mañana cambias de opinión otra vez no va a pasar porque esta vez voy a estar ahí no para verte desde lejos no para juzgarte para cuidarte para creerte mariana se le quedó viendo por primera vez en días sus ojos se llenaron de lágrimas que no venían del miedo sino del alivio asintió despacio víctor le tendió la mano ella dudó pero al final la tomó la llevó directo al hospital le revisaron la presión le curaron unos raspones en la pierna que no había querido mostrar le pusieron suero no era nada grave pero sí
estaba débil físicamente y por dentro mientras esperaba los resultados Víctor no se despegó se sentó junto a ella en la camilla le sostuvo la mano cuando los doctores entraban le acomodó la almohada sin que ella lo pidiera era como ver a otro hombre uno que por fin se quitaba la coraza y Julián preguntó Mariana de pronto desde que te fuiste no ha sido el mismo llora no come bien no quiere que nadie lo toque ayer le puse tu voz grabada en su botón y se quedó mirando al techo como si esperara que entraras
por la puerta mariana se tapó la cara no quería llorar otra vez pero no podía evitarlo “necesita verte y tú también lo necesitas a él” le dijo Víctor horas después Mariana salió del hospital ya más estable pero aún agotada víctor la llevó de regreso a la casa ella se quedó viendo el portón negro respiró hondo antes de entrar no sabía qué cara iba a poner Lupita o Marta o Julián o el mismo silencio pero cuando cruzaron la puerta lo primero que escucharon fue un chillido suave conocido era Julián estaba en la sala con su tablet
apagada apenas vio a Mariana sus ojos se abrieron como si encendieran una luz movió los brazos con torpeza como queriendo alcanzarla presionó su botón con tanta fuerza que repitió la misma palabra tres veces aquí aquí aquí mariana corrió hacia él y lo abrazó sin pensar lloró pero esta vez sin miedo julián la tocaba con sus manos torpes le empujaba la cara con la nariz le hacía ruiditos como si estuviera hablando solo para ella víctor los miraba desde unos pasos atrás no dijo nada solo apretó los labios y cerró los ojos un segundo ahí viendo a su hijo aferrado a
la mujer que un día dudó supo que no podía volver a fallarle “te prometo que esto no va a quedar así” dijo bajito sin que Mariana lo oyera y en otra parte de la ciudad Karina ya preparaba el siguiente paso porque para ella esto apenas comenzaba karina estuvo tres días sin salir del cuarto ni alox o bajó solo dormía comía galletas rancias y anotaba cosas en una libreta nombres horarios rutas momentos en los que la casa alemán quedaba sola estaba obsesionada no comía por hambre comía por ansiedad no dormía para descansar dormía para no explotar
lo que más le dolía no era haber fallado era que Mariana hubiera regresado lo había visto en una foto que subió Lupita por error a su estado julián en su sillón con una playera de rayas y al fondo ella Mariana de nuevo en la casa como si nada hubiera pasado como si no la hubieran corrido como si no hubiera estado al borde de un ataque eso le revolvió el estómago karina arrancó la hoja de la libreta y la quemó en una lata de atún vacía se paró frente al espejo y se miró fijo su cara ya no era la misma tenía los ojos más hundidos las ojeras
marcadas la piel sin brillo pero dentro de todo eso aún quedaba algo intacto el odio esa misma noche salió de la vecindad tomó una combi rumbo a la colonia donde vivía la familia alemán se bajó a dos cuadras de la casa llevaba gorra cubrebocas y lentes esta vez no se iba a meter así no más solo quería ver solo quería confirmar que Mariana estaba ahí y sí estaba a través de las rejas del portón vio las luces del comedor encendidas mariana pasó cargando una charola luego se detuvo frente a Julián le tocó la frente y le dio un beso todo en calma
todo en paz karina sintió que el pecho le ardía que algo le quemaba la garganta ¿crees que ganaste dijo en voz baja apretando los dientes “no he terminado contigo” caminó por la banqueta hasta la parte trasera de la casa no podía entrar pero sí conocía algo que muy pocos sabían una barda mal sellada en la esquina del jardín una que ella misma usó una vez para sacar a escondidas a Julián al parque cuando nadie estaba en ese tiempo nadie se dio cuenta y ahora pensaba usarla de nuevo no esa noche pero pronto mientras tanto dentro de la casa
Mariana se movía con cuidado aunque todo parecía estar bien no bajaba la guardia no dormía profundamente siempre dejaba la puerta entreabierta y su celular cargado al 100% había recuperado su lugar sí pero no su paz víctor por su parte mandó poner cámaras nuevas una en la cochera otra justo en el jardín y dos más en los pasillos del segundo piso también contrató a un guardia nocturno esta vez armado no quería más sorpresas ¿crees que eso la va a detener le preguntó Mariana una noche mientras acomodaban a Julián para dormir “no lo sé” dijo Víctor “pero por lo menos ya no
estamos solos” mariana no respondió solo miró a Julián el niño la observaba con calma ya no tenía esa angustia en la mirada volvía a apretar su mano cuando se acercaba volvía a buscarla con los ojos y no la veía y eso era todo lo que ella necesitaba para quedarse karina volvió a la semana siguiente esta vez más temprano mientras los del jardín hacían ruido con la podadora se escondió detrás del muro sacó un celular viejo y tomó fotos del cuarto de servicio de la ventana de Julián del auto de Víctor cada imagen
era una pieza para su próximo paso esa noche entró a un cibercafé usó una cuenta falsa y mandó un correo anónimo a la policía en la casa del empresario Víctor Alemán hay una trabajadora ilegal no tiene documentos en regla investíguenla adjuntó una foto del currículum antiguo de Mariana donde había un error de mim de dirección que parecía sospechoso sabía que eso aunque no fuera real levantaría dudas no quería destruirla de frente quería verla perderlo todo poco a poco como a ella le pasó pero algo más se cocinaba en la mente de Karina una noche mientras caminaba por
el tianguis se encontró con un tipo que conocía de años atrás le decían el pana trabajaba haciendo favores turbios desde pasar recados hasta asustar a quien se necesitara se le acercó y le soltó la idea ¿cuánto me cobras por entrar a una casa asustar tantito mover cosas sin dejar huella depende qué tan rica es la casa muy ¿y qué quieres que haga nada grave solo que piensen que pueden perderlo todo si siguen jugando conmigo el pana sonrió ya había entendido eso se hace tú no más dime cuándo karina lo miró con una calma que asustaba muy pronto y así mientras la
casa volvía a llenarse de vida con Julián más tranquilo con Víctor intentando sanar y Mariana volviendo a creer en la calle se estaba armando una tormenta que iba directo hacia ellos una que nadie estaba preparado para enfrentar eran las 2 de la madrugada cuando Mariana despertó con una sensación rara no había un ruido fuerte no fue una pesadilla fue algo más extraño el silencio un silencio que no era normal en esa casa no se oía el tic tac del reloj del pasillo no se oía el motor suave de la silla de Julián que siempre vibraba un poco cuando el niño se movía
no se oía nada se sentó en la cama con el corazón latiendo fuerte se puso los zapatos sin amarrárselos y salió rápido al pasillo todo estaba a oscuras solo una luz tenue venía desde el cuarto de Julián caminó con cuidado la puerta estaba entreabierta empujó despacio la cama estaba vacía el botón de comunicación de Julián tirado en el suelo la sábana arrugada la tablet encendida pero en pausa y ninguna señal de él julián gritó en seco bajó corriendo las escaleras tropezando con la alfombra abrió la puerta de la cocina nada entró al cuarto de lavado vacío corrió al
jardín fue ahí donde vio una figura cruzando hacia la parte trasera cargando algo envuelto en una manta azul solo una persona sabía lo que esa manta significaba solo alguien con odio y memoria karina gritó la figura volteó solo un segundo luego se metió por el hueco de la barda mariana salió disparada tras ella sin pensar sin planear nada saltó el muro como pudo se raspó el brazo se llenó las piernas de polvo pero no paró del otro lado Karina ya estaba metiéndose en una vieja camioneta negra mariana llegó