
Un millonario contrató a una niñera para cuidar a su hijo con discapacidad y lo que …..
papá al día siguiente Mariana llegó temprano tocó el timbre con calma y esperó la recibió una de las muchachas del servicio subió directo al cuarto de Julián sin perder tiempo lo saludó como si ya lo conociera con esa misma tranquilidad del primer día sacó un par de juguetes de su mochila un libro de sonidos y comenzó a trabajar no hablaba demasiado no hacía preguntas innecesarias solo observaba al niño respondía a sus movimientos y poco a poco iba conectando con él víctor la espiaba desde el monitor de seguridad en su oficina
algo en su pecho se apretaba al ver como su hijo parecía un poco más despierto no era magia ni un milagro era otra cosa algo que él no entendía del todo pero que ahí estaba en ese momento aunque no lo admitiera en voz alta supo que esa chava con su mochila vieja y su manera directa ya estaba empezando a cambiar algo en esa casa mariana tenía una forma muy suya de hacer las cosas no pedía permiso para todo pero tampoco era irrespetuosa simplemente observaba entendía lo que Julián necesitaba y lo hacía sin esperar instrucciones a los dos días ya sabía a qué hora el niño se ponía más irritable
qué sonidos le molestaban y cuáles lo tranquilizaban le ponía música suave en las mañanas mientras le limpiaba las manos le hablaba aunque él no pudiera contestarle y le celebraba los mínimos movimientos como si fueran grandes logros a Julián le costaba mucho comunicarse pero cuando algo le gustaba movía un poco la cabeza hacia un lado con Mariana empezó a hacerlo más seguido incluso una vez se le salió una carcajada rara como un gruñidito con aire cuando ella le hizo una voz de caricatura con un peluche nadie en la casa lo había
escuchado reír en años la enfermera anterior apenas y le hablaba todo era con prisa como si solo estuviera esperando que acabara su turno las señoras del servicio empezaron a notar el cambio también una de ellas Lupita hasta se animó a decirle a Mariana que parecía que el niño la escuchaba con el corazón lo cual a Mariana le dio risa no por burlarse sino porque le pareció bonito no lo dijo en voz alta pero ese niño le recordaba mucho a su hermano en el otro extremo de la casa Víctor estaba confundido iba a su oficina trabajaba atendía juntas pero
algo en él estaba distraído pasaba ratos mirando la cámara que daba al cuarto de su hijo y lo que veía lo dejaba helado julián no solo parecía más tranquilo sino más presente como si estuviera despertando todo gracias a esa chava que en menos de una semana había logrado más que todos los doctores y niñeras anteriores juntos una tarde Mariana bajó a la cocina por una paleta de hielo para Julián era algo que usaba para relajarle la boca y evitar que apretara los dientes cuando se ponía tenso justo cuando abría el congelador se topó con
Víctor “¿no deberían darte algo más decente de comer?” le preguntó él sin mucha emoción “no es para mí” respondió Mariana cerrando la puerta del refri “es para Julián una paleta le ayuda con la mandíbula le relaja y le gusta ¿o no quiere que su hijo disfrute algo ese comentario lo agarró en curva no supo qué decir solo asintió y se fue pero le quedó sonando la forma en que Mariana defendía a Julián como si de verdad lo conociera otro día mientras Mariana le leía un cuento al niño Víctor entró sin avisar mariana lo ignoró y siguió con la historia era sobre un ratón que se hacía
pasar por León para que nadie lo molestara julián miraba el libro con atención aunque sus ojos a veces se nublaban por momentos cuando Mariana terminó se dio cuenta de que Víctor seguía ahí parado en la puerta ¿ese cuento lo inventaste tú preguntó él no pero le cambié algunas cosas a Julián le aburre como viene en el libro le gustan las versiones raras ¿y cómo sabes eso porque lo veo porque lo escucho aunque no hable no es tan difícil solo hay que estar eso lo dejó callado otra vez empezaba a darse cuenta de que no conocía nada de su propio hijo que siempre había pensado que era solo un
niño enfermo encerrado en su cuerpo sin forma de conectar pero Mariana estaba demostrando lo contrario todos los días en la casa empezaban a cambiar los ritmos donde antes había silencio y tensión ahora había risas suaves ruidos de juguetes música mariana llevaba a Julián al jardín en las tardes lo sentaba bajo una sombrilla y le enseñaba a tocar botones de una consola adaptada que emitía sonidos distintos a veces solo eran pitidos otras eran frases grabadas como hola o quiero más y aunque Julián no siempre atinaba
se notaba que lo intentaba víctor los miraba desde la terraza fingiendo que leía correos en su celular pero en realidad estaba atento a cada pequeño avance mariana no lo veía o si lo hacía no decía nada no buscaba alagos ni atención ella estaba ahí por el niño y eso lo hacía todo diferente una tarde Julián logró presionar el botón que decía gracias después de que Mariana le dio agua con un popote especial ella se emocionó tanto que le aplaudió como si hubiera ganado un maratón víctor bajó en ese momento con un gesto de
sorpresa eso lo hizo él preguntó acercándose sí le costó pero lo logró es la primera vez que lo hace víctor se quedó mirando el botón como si fuera algo mágico luego miró a su hijo y sin pensarlo le acarició el cabello julián movió la cabeza despacito hacia su mano fue algo mínimo casi invisible pero para Víctor fue como un terremoto por dentro después de eso algo empezó a cambiar entre Mariana y Víctor no era que se llevaran mejor pero la tensión se sentía distinta ya no era solo distancia ahora era como si ambos supieran que
estaban compartiendo algo muy íntimo sin decirlo pero no todo era perfecto víctor seguía teniendo sus momentos fríos sobre todo cuando se sentía incómodo una vez Mariana le preguntó si pensaba ir al festival del centro de rehabilitación donde llevaban a Julián los viernes era algo pequeño pero para los niños significaba mucho víctor solo dijo “No tengo tiempo para eso.