—¿Tu esposo? —repitió con tono cortante—. No sabía que te habías casado.
—No he tenido por qué informarle cada detalle de mi vida —respondió Claire. Su voz firme contrastaba con el temblor que yo sentía en su mano.
Lo que ocurrió después fue una escena que jamás olvidaré. El padre de Claire dio un paso adelante, demasiado cerca para ser casual, y dijo:
—¿A qué te dedicas?
Ya lo esperaba.
—Ingeniero —respondí—. Trabajo en el sector aeroespacial.
Él forzó una sonrisa.
—Interesante. Y… ¿dónde se conocieron?
Claire intervino rápidamente.
—En una conferencia sobre sostenibilidad. Fue casualidad.