Qué hacer para “asar” las remolachas para que el borscht se vuelva rubí, hermoso y sabroso: 4 trucos

Si desea que su borscht tenga un rico color remolacha, un tono rubí brillante y sea aromático y sabroso, existen algunos pequeños secretos. Hoy te cuento cómo cocinar las remolachas para que no pierdan su bonito color y no se oscurezcan.

Para que su borscht no se convierta en una simple sopa de tomate con remolacha frita, sino que se llame con orgullo borscht, necesita conocer un par de sutilezas de la preparación de remolacha para este plato.

El primer secreto es que a las remolachas no les gusta el calor. Es mejor guisar las remolachas en lugar de freírlas. Lo ideal es cocinarlo aparte de otras verduras, como cebollas y zanahorias, aunque estas se pueden añadir más tarde una vez mezclados todos los ingredientes.

Las remolachas se deben guisar, no freír ni saltear. Si lo fríes, perderá su jugo y puede secarse y oscurecerse, lo que afectará negativamente al color del plato.

La forma correcta es hervir a fuego lento las remolachas picadas en aceite vegetal u otra grasa, agregar un poco de caldo caliente o agua y cocinar a fuego lento tapado. De esta forma las remolachas conservarán su textura, color y sabor.

El segundo secreto es añadir tomate a la remolacha. El tomate se debe agregar al plato junto con las remolachas, ya que el ácido del tomate ayuda a preservar el color brillante de las remolachas durante el tratamiento térmico. Evita que las remolachas se pongan marrones después del contacto con ingredientes alcalinos del borscht, como las patatas o el repollo.

Además, para resaltar el sabor y conservar el color, puedes añadir un poco de azúcar al guisar las remolachas. El azúcar no sólo realzará el sabor, sino que también ayudará a que las remolachas mantengan su color brillante.

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