A medida que envejecemos, los músculos de la garganta tienden a debilitarse, aumentando la probabilidad de roncar. Además, los tejidos se vuelven más flácidos, contribuyendo a las vibraciones durante la respiración.
- Problemas anatómicos
Algunas personas tienen una predisposición anatómica a roncar, como un paladar blando largo o una úvula (campanilla) grande, que pueden estrechar las vías respiratorias.
Consecuencias de roncar
Aunque pueda parecer inofensivo, roncar habitualmente tiene varias consecuencias negativas tanto para la salud como para la vida social:
- Fragmentación del sueño