Mujeres problemáticas de familias acomodadas eran enviadas allí para ser reformadas a través de años de oración, penitencia y aislamiento total del mundo exterior.
Era una prisión disfrazada de institución religiosa.
¿Y tú qué opinas? Preguntó Jimena estudiando el rostro de su hermano.
¿Crees que necesito purificación? Rodrigo tardó en responder.
Creo, dijo lentamente, que eres la primera persona en nuestra familia que ha encontrado algo real, algo que no está basado en dinero, poder o apariencias.
hizo una pausa, como si las siguientes palabras le costaran un gran esfuerzo.
Creo que padre está celoso porque has encontrado lo que él nunca tuvo.
Amor verdadero.
Esas palabras inesperadas le dieron a Jimena la primera chispa de Jimena que había sentido desde que vio aparecer a los soldados.
Si había logrado tocar algo humano en el corazón de su hermano, tal vez hubiera una posibilidad de que otros miembros de su familia también pudieran ver la verdad.
Cuando llegaron a la mansión familiar al atardecer, don Patricio los esperaba en el portal principal con expresión sombría, pero cuando vio a su hija descender del caballo, su expresión cambió a shock, exactamente como había pasado con Rodrigo.
La mujer que regresaba no era la misma que había enviado al desierto meses atrás.
“Chimena”, murmuró acercándose lentamente.
“¿Te ves diferente? Me veo como alguien que ha encontrado su lugar en el mundo”, respondió ella, manteniendo la cabeza alta.
“Me veo como alguien que ha aprendido a valorarse a sí misma.
” Don Patricio estudió a su hija durante un
largo momento.
Los cambios eran innegables.