¡MILLONARIO VE A LA EMPLEADA DEFENDIENDO A NIÑA EN SILLA DE RUEDAS… Y EL OSCURO SECRETO FAMILIAR…

“Mi yerno trabaja muchísimo y últimamente se está dejando influenciar por personas inadecuadas, empleadas que le llenan la cabeza a Manuelita con ilusiones.” Armando continúa, “La institución está especializada, sería más saludable.” Y el padre está de acuerdo. Alejandro está pasando por un momento muy difícil. Todavía no se recupera de la muerte de su esposa.

Una tercera voz pregunta y económicamente Armando responde, con Manuelita institucionalizada, la administración de sus bienes sería más sencilla. Yo, como abuela, podría administrar la herencia. Paloma se tapa la boca para no gritar. Están planeando deshacerse de Manuelita. Las personas empiezan a irse. Solo se quedan Rebeca y Armando.

¿Crees que Alejandro va a aceptar? Va a tener que aceptar, especialmente después de lo que planeamos para su empleadita. Eh, ¿cuál es el plan? Vamos a probar que ella es una influencia negativa para Manuelita. Para el final de la semana, Alejandro va a estar rogando que nos deshagamos de ella. Paloma escucha pasos. Corre a la cocina fingiendo lavar platos.

Armando aparece en la puerta de la cocina y la observa con una sonrisa fría. Paloma, ¿verdad? Espero que hayas entendido nuestra conversación de hoy. ¿Qué conversación? Sobre lo que es mejor para Manuelita. A veces personas que se meten donde no deben terminan lastimándose, armándose acerca a ella.

Sería una lástima si algo te pasara. Los accidentes domésticos son tan comunes. Paloma trata de disimular el miedo, pero su voz tiembla. Solo trabajo aquí. Órale, sigue así. Y recuerda, en esta casa los que mandamos somos nosotros. Armando sale de la cocina dejando a Paloma sola con una certeza aterrorizante. Ella y Manuelita están en peligro real.

Alejandro no puede dormir después de la conversación con Dolores. Tempranito en la mañana va directo al cuarto de Manuelita. La niña está despierta jugando quietecita con el osito. Hola, princesa. ¿Dormiste bien? Hola, papá. No mucho. Alejandro se sienta en la orilla de la cama. ¿Por qué no dormiste bien? Manuelita duda mirando hacia el pasillo.

Papá, ¿puedo contarte algo? Claro, mi amor. La abuelita a veces se enoja muchísimo conmigo. Alejandro siente el corazón oprimírsele. Enojada, ¿cómo dice? Que soy fea y que por mi culpa mi mami se fue. Manuelita, mírame. No eres fea. Eres la niña más linda del mundo. Pero la abuelita dijo, la abuelita está equivocada. Manuelita abraza a su padre.

Papá, ¿te gusta paloma? La pregunta toma a Alejandro por sorpresa. ¿Por qué preguntas eso? Porque es la única que es buena conmigo. Dice que soy bonita y juega conmigo. Alejandro se queda pensativo. Es verdad. Desde que llegó Paloma, Manuelita parece más feliz. En ese momento, Paloma aparece en la puerta. Buenos días, señor Alejandro. Buenos días, Manuelita. Paloma.

Manuelita abre una sonrisa enorme. Alejandro observa la reacción de su hija. Es como si todo el cuarto se iluminara. Paloma, ¿puedes quedarte con Manuelita? Necesito resolver unas cosas. Claro que sí. Cuando Alejandro sale, Paloma se sienta al ladito de Manuelita. Y qué tal, princesa? ¿Cómo estás hoy? Mejor ahora que llegaste.

Paloma empieza a contar una historia de una princesa que era diferente a las otras, pero que por ser diferente tenía poderes especiales. Desde el pasillo, Alejandro escucha la conversación. Se queda ahí parado observando como Paloma logra hacer sonreír a su hija.

Cuando Paloma termina la historia, Manuelita pregunta, “Paloma, ¿crees que yo también tengo poderes especiales? Estoy segura. Tu poder es hacer que las personas se enamoren de ti. Alejandro siente algo moverse en el pecho. No es solo cariño por su hija, es algo más. Entra al cuarto. Paloma, cuando termines aquí puedes encontrarme en el jardín. Claro, señor Alejandro.

Una hora después, Paloma encuentra a Alejandro en el jardín. ¿Quería hablar conmigo? Siéntate aquí, por favor. Paloma se sienta dejando espacio entre ellos. Quería agradecerte. ¿Por qué? Por cuidar a Manuelita, por hacerla sonreír. No necesita agradecerme. Es facilísimo cuidarla. No todo mundo ve eso. Se quedan en silencio. Alejandro mira a Paloma y se da cuenta de lo bonita que es.

Paloma, ¿puedo hacerte una pregunta personal? Claro. ¿Tienes familia? No, mis papás murieron cuando era pequeña. Lo siento muchísimo. Está bien. La vida nos enseña a ser fuertes, ¿verdad? Alejandro admira la sencillez de ella. ¿Y usted cómo es cuidar a Manuelita solito? Muy difícil.

Desde que murió Carolina como que me perdí. Pero es un papá maravilloso. ¿Tú crees? Estoy segura. Alejandro mira a los ojos de Paloma. ¿Sabes? Desde que llegaste la casa está diferente, más ligera. Sí, sí. Y Manuelita está más feliz y yo también. El momento se pone un poquito incómodo. Es cuando Rebeca aparece en la ventana de la sala mirándolos con mucho coraje.

Señor Alejandro, creo que mejor regreso al trabajo. Claro, pero Paloma. Sí, gracias, de verdad. Rebeca ve la escena desde la ventana y se pone furiosa. Toma el teléfono y marca. Armando, tenemos un problema. Esa empleada se está acercando demasiado a Alejandro. Necesitas hacer algo ahorita mismo.

En la mañana siguiente, Alejandro despierta con una sensación buena. Hace tiempo que no se siente así. Va a desayunar y encuentra a Rebeca en la cocina con cara preocupada. Buenos días, Rebeca. ¿Todo bien? No, Alejandro, no está. ¿Qué pasó? Es sobre las joyas de Carolina. Alejandro frunce el seño. ¿Qué tienen? Desaparecieron algunas piezas, las más valiosas.

¿Cómo que desaparecieron? Fui a revisar la caja de seguridad anoche y faltaban cosas. El collar de perlas, los aretes de diamante. Alejandro siente la sangre el árele. ¿Estás segura? Completamente. Alguien robó. Pero, ¿quién tendría acceso? Rebeca hace cara de quien no quiere hablar. Alejandro no quería sospechar, pero la única persona nueva aquí es esa empleada. Paloma.

¿Crees que fue ella? No quiero acusar sin pruebas, pero es la única extraña. Rebeca Paloma no es ladrona. ¿Cómo puedes estar seguro? La conoces desde hace menos de una semana. Alejandro se queda confundido. Es verdad, no conoce a Paloma desde hace mucho tiempo. Voy a llamar a Armando.

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