—¿Dónde escuchaste eso?
El niño temblaba:
—Yo… escuché a papá hablar por teléfono. Dijo: “firma esto, ella no se dará cuenta”. Y luego una mujer se rió… Me dio mucho miedo, así que corrí a mi habitación.
Mis manos se entumecieron.
Daniel había cambiado mucho últimamente: siempre pegado al teléfono, llegando tarde por la noche y buscando excusas para evitar las cenas familiares. Pero yo pensaba que era por el trabajo. Ahora todo eso me golpeaba de golpe.
Miré la maleta abierta y luego a mi hijo. Supe exactamente qué debía hacer.
Cancelé el viaje de inmediato.
Sin un segundo de duda.
Día 1 – Comienza la investigación
A la mañana siguiente, Daniel salió temprano de manera inusual. Yo fingí no saber nada.
Cuando se cerró la puerta, abrí mi laptop, ingresé a la cuenta bancaria, la billetera electrónica, la libreta de ahorros —todo lo que teníamos.
Solo unos minutos después, descubrí:
Una transferencia de 150,000 pesos hecha tres días antes, hacia la cuenta de otra mujer llamada Mariana Ríos.