Cuando Emily anunció su embarazo, la actitud de John cambió. Dejó de fumar porque a Emily le molestaba el olor e incluso se ofreció a llevarla al médico usando sus días de vacaciones.
Le advertí: “George puede molestarse si estás siempre con Emily.” Pero John replicó: “Tú tienes trabajo, ¿no? Es nuestra amiga de la infancia y está pidiendo ayuda.
Eres cruel.” Le dije: “He estado comprando cosas y ayudando en lo que puedo, pero acompañarla al obstetra sobrepasa el límite.”
Entonces John frunció el ceño y me fulminó. “¿Por qué? Porque Emily lo quiere, ¿no? Dice que le da ansiedad la consulta. No puedo dejarla ir sola si está ansiosa.”
“Con más razón debería ir George, ¿no? Si la acompañas siempre, es casi como si fueras el padre del bebé en su vientre.”
“¿Celosa, Sarah? Tú no vas a quedar embarazada de todas maneras, ¿cuál es el problema?” No se tomó en serio mis preocupaciones y empezó a ponerse borde, diciendo que yo era molesta.
Casi nunca habíamos discutido en nuestro matrimonio, pero eso cambió cuando Emily quedó embarazada. Las discusiones aumentaron, y no cambió ni siquiera después de que Emily diera a luz.
De hecho, John empezó a pasar aún más tiempo con Emily y con su hija, Emma. Pero cuando Emma tenía seis años, ocurrió un incidente. Tenía que ver con los asistentes a su ceremonia de graduación del jardín de infancia.
El día antes de la graduación, John empezó de repente a hurgar en el armario. “¿Qué haces, John? Mañana tienes reunión.” En su trabajo había un código casual, pero debía llevar traje con clientes; por eso teníamos varios trajes listos.
Pero los tiró todos sobre la cama. “¿Ahora?” “Ah, no, solo estoy viendo qué ponerme para la graduación.” “¿Hablas en serio? ¿Vas a ir a la graduación?”
“Sí. George no puede. Emily me pidió.” “Es absurdo, lo mires como lo mires.” Levanté la voz sin querer. La cara de John se agrió al instante.
Sabía que a veces recogía a Emma del kínder, y yo misma lo había hecho cuando me lo pedían, pero que un no padre biológico asistiera a la graduación no tenía sentido.
“¿Aún dudas de mí y de Emily? Me decepciona que ni siquiera puedas ayudar.” “No es ese el punto.” “Da igual. Mañana voy a la graduación, así que plánchame bien una camisa.”
Dicho eso, dio por terminada la conversación y se fue al dormitorio. No me quedó más remedio que llamar a Emily. “Hola, Emily. Sobre mañana…” “Ah, lo siento por mañana.
Voy a ‘tomar prestado’ a John. Pero ¿no se molestará George por lo de la graduación, Sarah?” “¿De qué hablas? Obviamente no le he dicho a George que la graduación es mañana…
Se lo diré después.” Me impactó saber que George no sabía la fecha. Indagué y resultó que Emily nunca le informaba de los eventos del kínder, y John estaba actuando como el padre allí. Me mareé de la rabia.
“Espera, Emily. ¿No es extremadamente injusto? Es una falta de respeto a George, y porque sea amigo de la infancia…” “¿Y qué? Sarah, das miedo. Bueno, nos vemos mañana.” Cortó.
Temblaba de ira, pero aun así planché una camisa, preparé la corbata y por la mañana siguiente despedí a John rumbo a la graduación de Emma.
Desde entonces… John y Emily empezaron a salir más: de una vez al mes, a una por semana, y luego a tres por semana.
Al final, incluso George empezó a sospechar y una noche, mientras John y Emily estaban fuera, vino solo a mi casa.
“Perdona por venir tarde. Hay algo que me preocupa.” “¿Es sobre ellos dos?” “Sí. Quisiera que vieras esto.”