Mi abuela encontró a su amor perdido en una residencia de ancianos – El enorme secreto que le reveló puso su vida patas arriba

Una perezosa tarde de domingo, la abuela sacó a colación algo que ya había mencionado varias veces. Quería mudarse a una residencia de ancianos. Nos sentamos en su acogedor salón, con la luz del sol colándose por las cortinas de encaje, tomando un té de manzanilla.

“Mia, querida, he vuelto a pensar en la residencia de ancianos”, dijo la abuela, con voz suave pero firme.

Dejé la taza, intentando ocultar mi tristeza. “Abuela, lo entiendo. Quieres estar con gente de tu edad, y te mereces disfrutar de tu tiempo sin preocuparte por nosotros”.

Una mujer y su abuela hablando en el salón de su casa | Fuente: Midjourney

Una mujer y su abuela hablando en el salón de su casa | Fuente: Midjourney

Sus ojos se suavizaron. “No es que no me guste estar con todos vosotros. Sólo creo que estaría bien tener amigos cerca y no sentir que soy una carga”.

“Nunca eres una carga, abuela”, dije, acercándome para cogerle la mano. “Pero si esto es lo que quieres, te apoyaré”.

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