Unas semanas más tarde, llegó el día. Fuimos a la residencia de ancianos, y ayudé a la abuela con el registro y la mudanza. El lugar era precioso, con jardines bien cuidados y un personal alegre.

Ancianos y miembros del personal en el interior de una residencia de ancianos | Fuente: Midjourney
La abuela parecía feliz, lo que me facilitó soportar el nudo en la garganta. Cuando terminamos el registro, decidimos ir a ver la cafetería que había dentro de la residencia. Mientras esperábamos en la cola para nuestro café, ocurrió algo increíble.
“¿Peter? ¿Eres tú?” La voz de la abuela era una mezcla de asombro y excitación. Me volví y vi a un hombre mayor, más o menos de la edad de la abuela, de pie y con cara de sorpresa.
“¿Mary?”, respondió con voz temblorosa. “¡Mary, cuánto tiempo!”.

Un anciano de pie en una residencia | Fuente: Midjourney