MARIDO LE DIO UNA ESCOBA DE CUMPLEAÑOS A SU ESPOSA Y DIJO, “TOMA TU VEHÍCULO, PUEDES SALIR VOLANDO.”

El marido le dio una escoba de cumpleaños a su esposa y dijo: “toma tu vehículo, puedes salir volando”. Todos se rieron, pero la respuesta de ella dejó a todos en silencio.

Alí estaba apoyada en la pared del salón observando a los invitados reír y divertirse. La fiesta de cumpleaños de Raimunda había sido un éxito. La casa estaba llena de amigos de Roberto, aquellos que formaban parte de su vida antes de casarse.

Sin embargo, nadie parecía recordar que también era el cumpleaños de Alí. Las risas, las conversaciones animadas y los regalos no incluían nada para ella.

Intentó acomodarse el vestido, ya arrugado por todo el movimiento, mientras servía a los demás. Los pies le dolían tras tantas idas y venidas, asegurándose de que todo estuviera perfecto. En su mente rondaba una pregunta: ¿Alguien se acordará de mí? Pero la respuesta ya era evidente. Ni siquiera Roberto, su propio marido, había mostrado interés. Allí estaba él, riendo en un grupo, lanzándole una mirada fugaz mientras ella intentaba disimular su malestar.

De pronto, Alí escuchó un murmullo en una de las mesas.

— ¿De verdad es la esposa de Roberto?

El peso de esas palabras cayó sobre ella como una losa. Sintió el rostro arder y las manos comenzaron a temblarle ligeramente. Intentó hacer oídos sordos, pero la sensación de ser una extraña entre aquella gente se intensificaba. Decidió ocupar las manos y tomó una bandeja con vasos de refresco para continuar sirviendo. Aunque la tristeza se hacía cada vez más evidente.

Fue entonces cuando, al dar un paso en falso, los vasos se le escaparon de las manos y cayeron al suelo, derramando el refresco por todas partes. El estruendo hizo que las conversaciones cesaran de golpe y las miradas se clavaron en ella.

La voz de Raimunda se alzó, aguda y llena de desprecio:

— No eres capaz de hacer nada bien.

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