Él levantó la vista.
—Noah —dijo en voz baja—. Bueno… así me llamaba la señora que me cuidaba.
Lauren sintió que el aire se le escapaba.
—¿Quién era ella?
—Se fue una noche —murmuró el niño—. Dijo que volvería… pero nunca regresó.
Lauren bajó la mirada, con lágrimas en los ojos.
Entonces notó un pequeño collar con un avión de plata colgando de su cuello. Lo reconoció al instante: era el que ella le había regalado a Noah en su quinto cumpleaños.
Sus manos temblaron.
—Noah… ¿de dónde sacaste eso?
—Mi mamá me lo dio —respondió—. Antes de que la perdiera.
Mientras Lauren lo distraía con un postre, Marissa logró tomar discretamente una muestra de ADN.
El resultado llegó al día siguiente.
Coincidencia del 99.9 %.