Le ordenó a la empleada que tocara el piano frente a todos para humillarla, pero cuando empezó, nadie esperaba lo que sucedió.

un ayo como con asco julia no sabía si era sudor o miedo lo que le corría por el cuello pero le ardía la cara las piernas le temblaban tanto que pensó que se iba a caer del banco no tenía partitura no

tenía nada ensayado solo tenía sus manos y la presión de decenas de ojos encima de ella daniela cruzó los brazos y soltó

una frase apenas en voz baja pero lo suficientemente fuerte para que algunos la escucharan a ver si al menos sabe dónde está el dopun otra risa más julia tragó saliva recordó la primera vez que tocó

ese piano fue una noche después de una boda cuando todos se habían ido había una servilleta manchada de vino sobre el teclado y una flor marchita en el atril ahí nadie la veía ahí podía ser libre

ahora era diferente ahora la usaban como broma como entretenimiento de ricos aburridos cerró los ojos contó hasta

tres pensó en su abuela en sus manos arrugadas en sus palabras cuando la escuchó tocar por primera vez tienes algo en las manos Julita no dejes que se te apague y con eso en la mente apretó las teclas

al principio fue lento dudoso como si el miedo todavía estuviera sentado a su lado pero en segundos la melodía empezó a fluir no era una pieza clásica de esas que ponen en las películas era algo que

ella había creado mezcla de lo que escuchaba en los videos lo que recordaba de las clases de música en secundaria y lo que le salía

del alma tenía fuerza tenía algo real el salón empezó a callarse uno por uno los murmullos bajaron los meseros se detuvieron una copa quedó a medio servir la gente volteaba hacia el piano con la cara

de quien no sabe si está escuchando algo de verdad o es su imaginación julia seguía tocando sus dedos ya no temblaban ahora se movían como si tuvieran vida propia el ritmo subía bajaba se estiraba y

regresaba era como si contara una historia sin palabras como si sacara todo lo que tenía guardado y no lo hacía por ellos no lo hacía por Gerardo ni por Daniela ni por

los que se habían reído lo hacía por ella por lo que valía por lo que le habían quitado con las burlas y los silencios en un rincón del salón una señora mayor se limpió una lágrima un joven empresario

grababa con su celular sin disimular incluso uno de los chefs salió de la cocina con la cuchara en la mano y se quedó parado mirando con la boca entreabierta gerardo no decía nada estaba con la mirada

fija en Julia ya no con esa sonrisa burlona sino con el ceño apretado como si no entendiera lo que estaba viendo como si algo dentro de él se le hubiera

volteado daniela lo notó lo miró de reojo le dio un codazo Gerardo no respondió ni parpadeaba julia terminó la pieza con una nota suave dejó las manos en el aire por un segundo luego bajó lentamente

los brazos el salón quedó en silencio por un momento de esos silencios raros que no sabes si son buenos o malos y luego un aplauso uno solo de alguien al fondo después otro y otro y de pronto todo el

salón aplaudiendo no eran aplausos falsos no eran por compromiso eran de verdad de esos que te calan en el pecho julia no sabía qué hacer se quedó

sentada sin moverse con la mirada en el suelo alguien se acercó y le pidió su nombre otro preguntó si daba clases un productor musical que estaba entre los invitados se levantó de su mesa y caminó

directo hacia ella le dio su tarjeta daniela apretó la mandíbula ¿quién la trajo le dijo al asistente más cercano ¿quién pensó que era buena idea subirla ahí fue por el accidente del pianista”

respondió el asistente bajito no había otra opción daniela se levantó de su silla y fue directo hacia Gerardo lo jaló del brazo “¿qué es esto ¿vas a dejar que se te suba encima una

empleada?” Gerardo la soltó con calma sino pero firme toca mejor que cualquiera que hayamos contratado eso fue todo lo que dijo julia bajó del escenario como pudo las piernas le temblaban otra vez

pero por otra razón un mesero le sonrió al pasar otro le dijo que había sido hermoso uno de los chefs le guiñó el ojo por primera vez no era invisible por primera vez no era solo la de la limpieza

justo en ese momento sin esperarlo Gerardo se le acercó ella pensó que iba a felicitarla que le iba a dar la mano o algo pero lo único que hizo fue mirarla de cerca con los ojos

entrecerrados te espero mañana en mi casa a las 6 julia lo miró sin entender ¿para qué para que toques otra vez yo decido cuando terminas se fue así sin más daniela lo siguió con pasos duros julia se

quedó parada con la boca entreabierta no sabía si eso era un premio una orden o una trampa solo sabía que su vida acababa de dar un giro que no entendía todavía no julia no entendía bien qué acababa

de pasar todavía sentía las manos calientes los oídos como tapados y el pecho latiéndole con fuerza todo el mundo la

había aplaudido le habían dicho cosas bonitas le sonrieron hasta la invitaron a una copa de vino pero en su cabeza solo retumbaban las palabras de Gerardo “te espero mañana en mi casa a las 6 yo

decido cuándo terminas.” No fue una invitación no sonó como un favor fue una orden fría igualita a las que daba cuando mandaba cambiar todo de lugar solo porque sí se fue directo sin mirarla otra vez

daniela iba atrás de él furiosa mascando palabras entre dientes uno de los empresarios que lo acompañaba dijo en voz alta que la chica del piano era mejor que el músico original daniela

fingió una risa pero se le notaba la molestia en cada gesto hasta caminaba distinto como si se estuviera conteniendo de no gritar ahí mismo julia bajó del escenario despacio no sabía qué hacer

regresar a la cocina irse al vestidor quedarse ahí parada sentía que sus pies no la obedecían un mesero le ofreció una copa de agua otro le dio una servilleta alguien sin decirle nada le dio una

tarjeta blanca con letras doradas juan Carlos Medrano productor musical ni siquiera alcanzó a agradecer todo el salón seguía en movimiento

invitados platicando otros tomándose selfies música ambiental sonando de fondo pero algo se había roto el ambiente ya no era el mismo era como si todos supieran que acababan de ver algo raro algo que

no estaba planeado algo que se había colado por la grieta julia se sentó un momento en una esquina del salón cerca de una planta decorativa se acomodó el chal en los hombros y bajó la mirada no podía

dejar de pensar en su abuela en lo que diría si la hubiera visto “mira nomás mi niña la gente rica aplaudiéndote.” Se le hizo un nudo en la garganta una señora mayor vestida con un

traje azul cielo y muchos collares se le acercó despacio le preguntó su nombre y le dijo que su interpretación le había tocado el alma que hacía años no sentía algo así con una melodía le dio las

gracias y se fue luego se acercó un chavo de unos 20 años de lentes y corbata chueca que solo dijo “No manches tocaste brutal.

” Julia sonríó sin saber bien qué responder el productor el tal Juan Carlos regresó le preguntó si tenía redes sociales si tenía grabaciones julia negó con la cabeza le dio pena admitir que no tenía

ni teléfono propio él le anotó un número en un servilletero y le dijo que lo llamara al día siguiente que quería hablar con ella con calma luego se fue a hablar con otros invitados julia se guardó el

papel en la manga apretándolo con cuidado del otro lado del salón Gerardo había vuelto se había acomodado en su mesa principal rodeado de sus invitados de confianza reía fuerte brindaba pero de

vez en cuando volteaba hacia donde estaba Julia como si pensara en otra cosa daniela lo miraba con rabia cada vez que veía sus ojos desviarse hacia la muchacha del piano su ceja temblaba julia no

aguantó más y se fue al área de empleados entró por la puerta trasera y bajó al sótano donde guardaban los carritos de limpieza ahí entre botes de cloro se sentó en una caja de refrescos vacía respiró

hondo recién ahí sintió el cuerpo tenía los pies adoloridos la espalda tensa y los ojos picándole del cansancio no sabía si lo que acababa de pasar era bueno o malo pero era distinto

algo cambió el teléfono de la cocina sonó uno de los cocineros contestó y gritó su nombre julia fue hasta allá la llamaban de recepción un tal señor Alcázar había dejado instrucciones al día siguiente

un chóer pasaría por ella a las 5:30 de la tarde no le dieron más detalles colgó y se quedó un momento viendo la nada nadie la obligaba a ir pero tampoco sentía que pudiera decir que no cuando terminó

su turno ya casi eran las 11 de la noche tomó sus cosas saludó a los guardias y salió a la calle el aire le pegó en la cara como una cachetada empezó a caminar hacia el metro Tacuba ahí agarraría el

camión a
su colonia le dolía todo pero por dentro tenía una chispa pequeña frágil como si algo se hubiera encendido y no supiera todavía para qué servía ya en el camión mientras pasaban las calles oscuras y

los semáforos sin funcionar sacó la tarjeta del productor la miró con miedo ¿qué iba a decirle ¿qué le iban a pedir ¿y si era una broma ¿y si solo lo decían por quedar bien llegó a su casa casi a

medianoche abrió la puerta sin hacer ruido su abuela dormía en el sillón con la televisión prendida abajito julia la

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