La estabilidad. El futuro. Meses de burocracia. Pero se movió. La habitación de Lucía. Azul claro. Estanterías. Escritorio. Carmen, la habitación contigua. Hogar.
Lucía floreció. Notas altas. Sueños de arte. Una sonrisa constante.
Alejandro visitó sus hoteles. Ojos diferentes. Escuchó al personal. Implementó nuevas políticas. Aumentos. Guarderías. Becas. Costó millones. Pero la rotación cayó. La calidad subió. Las ganancias crecieron.
El colegio. Prestigioso. El miedo de Lucía. Ser la hija de la empleada.
—Serán crueles. Sí. Pero tú tienes lucha. Fuerza interior. Eso vale más.
Lucía fue. Primeros meses difíciles. Una burla. Alejandro apareció en la función escolar. Dejó claro. Gentil. Firme. Lucía era su hija.
EL ESCÁNDALO Y LA PRUEBA FINAL
Dos años después. La vida, casi perfecta. Lucía, trece. Feliz.
La crisis. Marta. Su exmujer. Regresó. Cotilleos. El millonario y la empleada.
Marta llegó. Biblioteca. Elegante. Fría. Directa al punto. Escandaloso. La gente habla. Manipulación.
—Lucía es solo tu último proyecto. ¿Qué pasará cuando te aburras?
Las palabras de Marta. Semilla de duda. Alejandro distante. Sumido.