—“¿Por qué volviste?”
—“Para que mis hijos vieran el rostro del hombre que los abandonó.
Y para asegurarme… de que nunca vuelvas a destruir a otra persona como lo hiciste conmigo.”
Semanas después, comenzaron a suceder cosas extrañas en la industria de belleza de la ciudad.
Uno de los principales aliados corporativos de Rodrigo cambió de marca… y firmó con Mariana. Se filtraron documentos internos, lo que le hizo perder importantes licitaciones. Luego estalló un escándalo de licencias en redes sociales, impulsado por una “fuente anónima”.
Era Mariana. Pero su rastro… era impecable.
Mientras tanto, ella se convirtió en la favorita de los medios: conferencias, portadas, entrevistas como madre soltera y empresaria exitosa.
Los rumores volaban.
Ximena comenzó a sospechar. Descubrió que los gemelos asistían a la misma escuela que su hijo… y que tenían la misma edad. Y lo más inquietante: se parecían mucho a Rodrigo.
Las grietas aparecieron.
Ximena lo humilló públicamente en una gala, amenazó con el divorcio y su padre lo obligó a renunciar al cargo.
El hombre que lo tuvo todo… ahora estaba desempleado, arruinado y solo.
En su último encuentro, Rodrigo preguntó en voz baja:
—“¿Esto fue… venganza?”