La Doctora de la Prisión Que Descubrió Que Todas las Reclusas Estaban Embarazadas — Pero Lo Que Sus Cámaras Secretas Revelaron Dejó a Todos Sin Palabras

El video lo mostraba acercándose a la celda de la interna #317.
Un destello metálico, un movimiento rápido, una pequeña punción en el cuello de la reclusa…
y luego desapareció por el mismo conducto.

Elena vio la grabación cinco veces antes de susurrar:

Los están drogando. Esto no es un accidente. Es un experimento.

Cuando le mostró el video al alcaide, su rostro se endureció.

—Apaga eso —ordenó—. Y no se lo muestres a nadie más.

Pero ya era demasiado tarde.
A la mañana siguiente, la oficina de Elena fue allanada.
Su computadora confiscada.
El video, borrado del sistema.

Tres días después, la doctora Elena Briceño desapareció.

El comunicado oficial decía que había sido “trasladada por razones de seguridad”.
Nadie supo a dónde.

Una semana más tarde, un paquete anónimo llegó a la redacción de El Heraldo Nacional.
Dentro había una memoria USB con el video… y las notas personales de Elena.

En su diario, escribió:

“No son los guardias. No son las internas.
Es el programa.
Alguien dentro de una organización de investigación está probando un suero reproductivo —uno que permite la concepción sin contacto físico.
Eligieron a las reclusas porque nadie les creería jamás.”

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