Hay una verdad especial en las leyendas de los pueblos: lo que sucede por casualidad…

Y los casamenteros, siendo “alegres y seguros de sí mismos”, decidieron que ese tipo no podía desearla: joven, atrevido y poco cooperativo.

No.

Les pareció lógico que eligiera a otra: a Lena Chernova, la mayor, conocida por su belleza y su economía, y conocían mejor a sus padres.

Dije “Lena”.

Oyeron “la mayor”.

Y al día siguiente se equivocaron de lugar para pedir matrimonio.

5. La mañana de la expectativa

Caminé por la casa como una fiera.

Mi padre se rió:

“Tranquila. ¡Todo saldrá como debe ser!”

Pero se me encogía el corazón.

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