Hay una verdad especial en las leyendas de los pueblos: lo que sucede por casualidad…

Y esa noche, al llegar a casa como una exhalación, les anuncié a mis padres que me casaba.

3. Padres, Alegría, Planes

Mamá juntó las manos y sonrió:

—¡Qué maravilla! ¡Por fin llegó!

Mi padre entrecerró los ojos, pero también sonreía, quedamente, como un hombre.

—¿A quién elegiste, hijo?

—Lena.

—¿Chernova? Pero sigue siendo una niña…

—Es mía. Punto.

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