Había pensado en ella, se había preguntado dónde estaba, cómo estaba. Clara respondió fríamente que era profesional, que su pasado no tenía nada que ver con el proyecto. Diego asintió, pero luego hizo la pregunta que ella sabía que llegaría. La prueba de embarazo que había roto 6 años antes era real. Clara sintió que el mundo se detenía. Había preparado esta respuesta mil veces en su cabeza. Pero ahora aquel momento había llegado. Las palabras se le morían en la garganta.
podía mentir, podía decir que era una broma, un gesto dramático, pero mirando esos ojos que conocía tamban bien, los mismos ojos de su hijo no pudo hacerlo. Dijo simplemente que sí. El rostro de Diego se vacíó de color. Preguntó qué había pasado después. ¿Dónde estaba el bebé ahora? Clara lo miró directamente a los ojos y dijo que no era asunto suyo, que él había hecho su elección 6 años antes cuando firmó esos documentos sin mirar atrás. Diego protestó diciendo que ella no le había dado la oportunidad de elegir, que si hubiera sabido, pero Clara lo interrumpió con rabia.
Le recordó a Lucía entrando en ese despacho, sus noches solitarias mientras él traicionaba, su prisa por librarse de ella, no tenía derecho a reclamar ahora. La discusión se intensificó. Diego alzaba la voz diciendo que tenía derecho a saber si tenía un hijo. Clara replicaba que había renunciado a ese derecho cuando destruyó su matrimonio. Eran palabras crudas, dolorosas, años de resentimiento explotando en esa sala de juntas vacía. Entonces Diego dijo algo que la detuvo. Dijo que ese matrimonio había sido un error, pero no porque no la amara.
Había sido un error porque él no había sido lo suficientemente valiente para ser el marido que merecía, que se había escondido en el trabajo porque tenía miedo de la intimidad, de la vulnerabilidad que la traición conducía. Había sido cobardía, no falta de amor. Clara lo miró incrédula. Habían pasado 6 años y ahora decidía ser honesto. Ahora decidía explicar, pedir perdón. dijo que era demasiado tarde, que había construido una vida sin él, que su hijo no necesitaba un padre que entraba y salía de su vida por culpa.
Diego pareció aceptar esto, pero luego hizo una petición. Solo quería conocerlo, ver una foto, saber su nombre. No pedía derechos, no pedía trastornar sus vidas, solo saber que su hijo existía. yestaban clara do cath fibra thea caria theo caria protera mateo the complicirandorino alelono in mostrona mate unormira construido teléfono amenado diego e prego project the circ Almenos por Santiago Elentioso inabola loba los messiuntos furtrangos clara traba proor participantist cortez semprva prentando algo norfia dino savia lorjo pras prontis kust bandus fiberitos clara respond dispolo per represent suadera toos not any option lady solo kadri matri isoni