De pronto, escuchó un ruido. Un golpe seco. Después, silencio absoluto.
—¿Quién está ahí? —preguntó, sin bajar la voz.
No obtuvo respuesta.
Siguió adelante, con la mano cerca de su arma. Encontró una habitación con archivadores metálicos. Algunos estaban volcados, otros cerrados con llave. En una esquina había carpetas esparcidas por el suelo. Las fechas iban de 1996 a 2002. Muchos documentos tenían sellos del hospital… pero también de una entidad que Elena no conocía: Fundación Horizonte.
Al revisar un legajo, encontró algo escalofriante: registros de recién nacidos derivados a programas “confidenciales” de investigación genética. Al lado de los nombres, solo códigos. Pero uno llamó inmediatamente su atención: Caso H-00/3F.
H: Horizonte.
00: Año 2000.
3F: Tres femeninas.
Era el archivo de las trillizas.