No contiene exceso de purinas, pero al mismo tiempo satura el cuerpo con proteína vegetal completa. Además, contiene ácidos grasos omega-3, que son excelentes para combatir la inflamación.
Mi receta favorita: enjuagar 1 taza de quinua, agregar 2 tazas de agua, agregar una pizca de cúrcuma y cocinar por 15 minutos. Servir con calabaza horneada y semillas.
2. Amaranto: un grano olvidado con un efecto poderoso
Los aztecas lo consideraban “alimento de los dioses”. ¿Por qué? Porque contiene escualeno, un potente antioxidante, además es rico en calcio y fortalece el cartílago. Una gran alternativa al trigo sarraceno.
3. El mijo: un modesto héroe de la cocina
Un cereal inmerecidamente olvidado que contiene mucho silicio, un elemento extremadamente importante para las articulaciones. Para evitar que el mijo se amargue, enjuáguelo con agua caliente hasta que quede completamente transparente.
Rituales y hábitos que ayudarán a tus articulaciones
Comience la mañana con un vaso de agua tibia con limón y una pizca de cúrcuma: esto activa su metabolismo y reduce la inflamación.
Añade aditivos saludables a tus papillas: bayas de goji, semillas de chía, canela.
Cocine los cereales durante la noche en un termo: de esta manera se conservan más nutrientes.
Consejos de temporada: qué y cuándo comer
Otoño e invierno:
Las articulaciones son vulnerables, por lo que es necesario un desayuno cálido y envolvente.
Receta: quinoa + amaranto (1:1) + jengibre rallado + canela: cocínalo y obtén un desayuno reconfortante con efecto antiinflamatorio.
Primavera y verano:
El cuerpo necesita ligereza.
Receta “Mañana de verano”: trigo sarraceno verde germinado, hierbas, aguacate, semillas de lino.
Recomendaciones de edad