Ricardo sintió el hielo en la sangre. Llamó al Dr. Solano. De inmediato.
—El informe fue enviado a la Doctora Victoria Álvarez. Hace seis meses. —Confirmó el médico. Tranquilo.
Victoria. Lo había ocultado. Había mentido.
Los tratamientos carísimos. Los equipos. La medicación excesiva. Todo innecesario.
Lucrativo.
Las gemelas. Un caso perfecto. Para facturar millones.
Ricardo sintió una furia negra. Jamás experimentada. Se levantó de golpe. Tenía que ir a Barcelona. Tenía que encontrar a Elena. La inocencia de las niñas. La inocencia de Elena. Estaban ligadas.
El Veredicto del Afecto.
Viajó. Con las niñas. Al llegar, buscó a Elena. La encontró. Le rogó. Que los acompañara.
En el consultorio del Dr. Solano. Las gemelas estaban tranquilas. Cuando Elena tomó sus manos. Había paz.
El médico examinó. Con calma. Con humanidad.
—Estas niñas nunca tuvieron mutismo permanente. —Dijo Solano. Con la voz tranquila—. Era temporal. Emocional. El único tratamiento real es afecto. Seguridad. Alguien que les dé un entorno amoroso.
Miró a Elena. Directamente.