ÉL ME PIDIÓ EL DIVORCIO EN NAVIDAD. SU FAMILIA APLAUDIÓ HASTA QUE PROBARON SU PROPIO VENENO…

“Aí que sí, Ricardo”, continuó Camila tomando los papeles falsos que él había puesto sobre la mesa. Los rompió en dos, luego en cuatro y los dejó caer como confeti. Voy a firmar el divorcio, pero no estos papeles que tú trajiste. De su bolsa sacó un sobre manila grande y grueso. Lo abrió y sacó un documento legal de 15 páginas con sellos oficiales y la firma de la licenciada Valeria Montes. Voy a firmar estos papeles, los verdaderos. Los puso sobre la mesa con un golpe seco que hizo saltar los vasos.

Y en estos papeles, Ricardo, está todo lo que me corresponde por ley. Camila pasó la primera página del documento hacia el centro de la mesa para que todos pudieran verla. El departamento de la colonia americana comenzó señalando el primer punto con su dedo índice. 120 m², dos recámaras, dos baños, balcón con vista a la avenida. Valor aproximado 2,800,000es. Ricardo Tragó Saliva. Según la ley mexicana, todo bien adquirido durante el matrimonio es propiedad conyugal. Tú compraste ese departamento hace 4 años, Ricardo, en pleno matrimonio, así que la mitad es mía, 1,400,000 pesos.

Doña Hortensia abrió los ojos como platos. Don Arturo apretó la mandíbula. Pero yo lo pagué con mi sueldo, protestó Ricardo débilmente. Y yo pagué la luz, el gas, el agua, el súper, la gasolina, el internet, respondió Camila sin alterarse. Mientras tú ahorrabas para tus escapadas románticas a Puerto Vallarta, pasó a la segunda página. El coche Nissan Versa 2022 gris Oxford, placas del estado de Jalisco. Lo compramos juntos hace dos años, mitad y mitad. Valor actual 240,000 pesos.

Me corresponden 120,000. Ricardo intentó interrumpir, pero Camila continuó implacable. La camioneta Chevrolet Colorado que está estacionada afuera, la que tu papá te regaló hace 3 años, pero pusiste a mi nombre para pagar menos en el seguro. ¿Recuerdas eso, Ricardo? Don Arturo miró a su hijo con incredulidad. Esa camioneta está a mi nombre legalmente, así que técnicamente es mía, pero como soy justa, te daré la opción. O me das su valor en efectivo o me quedo con ella.

La tía Lupita dejó escapar un silvido bajo. Camila pasó a la tercera página. Esta era más larga, con una lista detallada. Cuenta de ahorros compartida en Banorte. Saldo actual 183,500 pesos, mitad para cada uno. Cuenta de inversión en Afore, tu nombre, pero alimentada durante nuestro matrimonio, me corresponde un porcentaje. Muebles del departamento, desde la sala que compramos en Muebles Troncoso hasta la cama que manchaste con tu amante. Esa última frase hizo que varias personas hicieran gestos de dolor.

Y ahora viene lo importante”, dijo Camila llegando a la página siete del documento. Su voz se endureció. daño moral, infidelidad comprobada con pruebas fotográficas, testimoniales y documentales, humillación pública planeada, manipulación familiar, intento de despojo de bienes. Levantó la vista hacia Ricardo. La licenciada Valeria calculó que eso vale 200,000 pesos como mínimo. Ricardo finalmente explotó. Esto es un robo”, gritó poniéndose de pie bruscamente. Su silla cayó hacia atrás con un golpe seco. “No voy a darte ni un peso más de lo que te corresponde.

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