El bebé de 2 años no deja de señalar el ataúd de su padre, lo que sucede después es impactante…

El bebé de 2 años no deja de señalar el ataú de su padre. Lo que sucede después es impactante. La iglesia de San Miguel estaba envuelta en un silencio doloroso. El pesado tañido de las campanas resonaba por sus muros de piedra, mezclándose con los soyosos ahogados de los dolientes. En el interior, el aire estaba cargado de tristeza. Clara permanecía en silencio junto al ataúd con el velo negro temblando entre sus manos. Su esposo Samuel yacía inmóvil dentro del féretro de roble pulido.

En sus brazos sostenía a su hija Lucy de apenas 2 años que se retorcía y soyaba contra el pecho de su madre. “Papá, papá”, lloraba Lucy señalando el ataúd. Su pequeña voz cortó el silencio como una hoja. Clara intentó calmarla, pero la niña no se detenía. Sus ojos, grandes, llenos de lágrimas, estaban fijos en un rincón sombrío detrás del ataú. De pronto, Lucy gritó. Papá está atrapado. Está llamando por ayuda. Un murmullo de asombro recorrió la iglesia.

Susurros se propagaron entre los aldeanos. El corazón declara la tía con fuerza. Madame Rose, una anciana del pueblo, dio un paso al frente. Dios mío, la niña puede ver, murmuró persignándose. Clara se agachó junto a Lucy. ¿Qué quieres decir, cariño? Lucy señaló otra vez con la mano temblorosa. Papá está llorando. Todavía está aquí. Un viento frío recorrió la iglesia. Y las velas del altar parpadearon. Entonces las puertas crujieron al abrirse. Entró Henry, primo de Samuel, vestido de negro.

Su sonrisa era educada, pero inquietante. “Debes de estar agotada”, le dijo a Clara. Samuel dejó problemas financieros. Quizás sería prudente vender la casa. Clara se estremeció. Samuel ni siquiera ha sido enterrado. Henry se encogió de hombros. Pienso en lo que es mejor para ti y para Lucy. Pero Clara sintió algo oscuro en las palabras de Henry. Lucy interrumpió de nuevo, ahora aferrándose con fuerza a su madre. Papá me está llamando, mamá. Clara miró alrededor. Los aldeanos se estaban retirando con el miedo en los ojos.

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