El bebé de 2 años no deja de señalar el ataúd de su padre, lo que sucede después es impactante…

Entonces, Tok. Un golpe resonó desde el ataúd. Clara se paralizó. T. Otro más. Es el viento. Gruñó Henry. Solo es la madera que se contrae. Pero Madame Rose susurró. Ese no es el viento. James, un viejo amigo de la familia, se levantó. Entonces ábranlo. Si no hay nada que ocultar, ¿de qué tienes miedo? Henry palideció. Nadie abre ese ataú. El miedo de Clara se transformó en fuego. ¿Qué estás escondiendo? Henry avanzó hacia el féretro. Henry intentó detenerla, pero Matthew, el mejor amigo de Samuel, lo sujetó.

Déjala abrirlo. El ataú debe ser abierto. La tensión llenaba la sala cuando de repente las puertas de la iglesia se abrieron de golpe. Estabon un médico forense entró corriendo jadeando. Deténganse, no abran el ataú. Todos se quedaron inmóviles. ¿Qué quiere decir? Preguntó Clara. No hay confirmación oficial de muerte. El certificado fue firmado por alguien que no existe en el hospital. Hay una posibilidad de que Samuel esté vivo. Un grito colectivo estalló. Clara cayó de rodillas con Lucy aferrada a su costado.

Mamá, te lo dije. Papá está llorando. Otro golpe. Luego otro más. La iglesia entera tembló. El secreto de Henry. Henry estalló con el rostro torcido de locura. No lo abran, se arrepentirán. El padre Manuel llegó con expresión grave. Entonces debemos abrirlo. Pero cuando se acercaron a la tapa, Stabon volvió a gritar. Esperen. Todos se volvieron hacia él. He investigado. Y Henry falsificó el certificado. Henry gritó, “¡No quería hacerlo, solo quería la casa. Solo quería asustar a Samuel.

No sabía que era alérgico al medicamento. Un murmullo de horror recorrió la iglesia. El corazón de Clara se hizo pedazos. “¿Lo enterraste vivo?”, rugió James. El ataúd ahora temblaba violentamente. “Ábranlo”, gritó Clara. Ante la mirada petrificada de los aldeanos, Matthew y James levantaron la tapa. Dentro Samuel se movió. Estaba vivo, pálido, tembloroso, pero respirando. “Samuel!”, gritó Clara cayendo de rodillas. Lucy abrazó a su padre soyosando. Papá, te escuché. La iglesia estalló en gritos, lágrimas y oraciones. Matthew envolvió a Samuel con su abrigo.

Leave a Comment