DURANTE 7 AÑOS CUIDÉ DE MI HIJA PARALÍTICA, Y EN SU ÚLTIMA REVISIÓN EL MÉDICO QUEDÓ IMPACTADO AL SUSURRARME…-kt

Un nuevo doctor había sido asignado al caso, un hombre joven de mirada aguda que parecía observar con un cuidado excesivo cada detalle. Juan Luis pensó que sería solo otra revisión rutinaria, otro siga con lo mismo como tantas veces. Pero algo en la actitud el médico lo inquietó. El doctor examinó a Camila en silencio, pidió repetir algunos análisis que supuestamente ya estaban archivados y pidió hablar a solas con ella unos minutos. Juan Luis, aunque dudó, accedió. Desde la sala contigo escuchaba fragmentos de la conversación, frases cortas de Camila, respuestas tímidas, hasta que de pronto todo se volvió silencio.

Cuando el médico regresó, no era el mismo hombre seguro de antes. Su rostro estaba pálido, sus manos temblaban ligeramente. Se acercó a Juan Luis, inclinó la cabeza y con un hilo de voz pronunció las palabras que congelaron la sangre en sus venas. No duermas esta noche en tu casa. Llama a la policía. Juan Luis lo miró incrédulo. Por un instante pensó que había escuchado mal, pero los ojos del médico, llenos de urgencia le confirmaban que aquello era real.

Intentó no reaccionar. Camila, ajena, jugaba con un cuaderno en sus manos. Juan Luis tragó saliva y con la voz más calmada que pudo fingir respondió, “Claro, doctor, gracias por su tiempo. ” Salió de la consulta como si nada con Mariela, la esposa, esperándolos en la sala de espera. Ella sonrió con frialdad al verlo, como tantas otras veces. No preguntó nada sobre la revisión, solo tomó el bolso y dijo, “Vamos, que tengo cosas que hacer en casa. Juan Luis sintió un nudo en el estómago.

La voz del doctor seguía repitiéndose en su cabeza como un eco imposible de apagar. No duermas esta noche en tu casa. Durante el camino de regreso guardó silencio. Miraba por la ventana del auto, fingiendo cansancio, mientras Mariela hablaba de cosas triviales. La lista del supermercado, el pago atrasado de algunos servicios, las quejas de su madre sobre la humedad en la casa. Cada palabra de ella le sonaba lejana. irrelevante, como si perteneciera a otra vida. Cuando llegaron, la rutina siguió igual.

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