“Cuando mi marido murió, mis hijos heredaron su imperio de 30 millones de dólares: empresas, propiedades, apartamentos, coches. Yo recibí un sobre polvoriento.”

«No necesito ningún chequeo», repliqué con firmeza. «Me siento perfectamente bien».

«Pero, mamá», insistió Jessica, «a su edad, es importante hacer controles regulares. El doctor solo quiere hacerle unas preguntas sencillas».

Preguntas «sencillas» como las que se usan para declarar a alguien mentalmente incapacitado.

«Señora Herrera», dijo el falso doctor con voz melosa, «solo necesito evaluar su estado cognitivo. Son procedimientos de rutina».

Sacó de su maletín unos formularios que reconocí al instante. Eran los mismos documentos que George me había mostrado, los que Rose había preparado para declararme incompetente.

«¿Puede decirme qué día es hoy?», preguntó.

«Viernes, 13 de octubre», respondí.

«¿Puede decirme dónde vive?».

«En la casa que construí con mi marido hace treinta años, en el 1247 de Oak Avenue».

«¿Recuerda la suma que heredó en el testamento?».

Ahí estaba la trampa. Si decía que solo había recibido un sobre polvoriento, reforzaría la idea de que no tenía recursos y facilitaría la declaración de incompetencia. Si mencionaba los 200 millones, me tomarían por delirante.

«Recuerdo perfectamente», respondí, mirando a Steven directamente a los ojos, «que vosotros heredasteis 30 millones en sociedades y bienes. Y también recuerdo que a mí me entregaron un sobre que considerasteis bueno para la basura».

El doctor garabateó algo. Steven sonrió, creyendo que había caído en la trampa.

«¿Y cómo se siente respecto a ese reparto?», preguntó el doctor.

«Me siento», respondí lentamente, «como una mujer que por fin entiende quiénes son realmente los miembros de su familia».

Jessica y Steven intercambiaron una mirada satisfecha. Pensaban que estaba admitiendo confusión o resentimiento, emociones útiles para justificar mi internamiento.

El falso médico cerró su carpeta y le susurró algo a Steven. Luego se volvió hacia mí. «Señora Herrera, creo que sería beneficioso que pasara unos días en observación. Tenemos una institución muy cómoda donde podrá descansar mientras evaluamos su estado general».

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