Sus últimas palabras, confiadas a Strappetti, resuenan como un testamento:
“Gracias por traerme de vuelta a la plaza. »
Esta frase resume toda la visión del Papa: estar entre la gente, hasta el último momento. La víspera de su muerte, a pesar de su cansancio, se había propuesto saludar a la multitud desde el Papamóvil, ofreciéndoles una última sonrisa y una última bendición.
Una lucha contra la enfermedad con dignidad
El Papa Francisco lleva varios años luchando contra graves enfermedades: hipertensión, diabetes tipo 2, neumonía bilateral… Pero fiel a su concepto “Adelante, siempre adelante”, nunca dejó que la enfermedad dictara sus decisiones.
Su muerte, causada por un derrame cerebral seguido de un paro cardíaco, se produjo de forma discreta, acorde con una vida consagrada por completo a la humildad.
El legado de un Papa cercano al pueblo