Apenas una hora después del entierro, un niño de 7 años insistió en que su padre desenterrara la tumba de su madre, -DIUY

“El sonido que nadie olvidará jamás” 🔥

El aire del cementerio se volvió espeso, casi sólido. La lluvia fina comenzaba a caer otra vez, tamborileando suavemente sobre la madera húmeda.
Michael respiraba entrecortado. Su hijo, con el rostro cubierto de lágrimas y barro, no apartaba los ojos del ataúd.

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El cuidador dudó.
—Señor… ¿de verdad quiere—
—¡Ábrelo! —gritó Michael, con una voz que no parecía suya.

El hombre asintió, trémulo, y con la ayuda de los trabajadores quitó los clavos uno a uno.
El chirrido del metal contra la madera retumbó como un alarido.

Y entonces sucedió.
Un sonido sordo.
Un golpe desde dentro.

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