“Amante llega a humillar a mujer embarazada… pero no esperaba que ella saliera con ESTO en la mano”

Esa noche, tocaron a la puerta. Cuando abrí, el novio estaba ahí—sin corbata, camisa arrugada, el cabello despeinado como si hubiera pasado horas jalándoselo. No era el mismo hombre elegante de la boda.

—Por favor —me dijo con la voz ronca.

Mi hijo dio un paso al frente antes de que yo pudiera responder.

—¿Por qué la dejaste? —preguntó—. ¿Por qué no me quisiste?

El hombre inhaló bruscamente.

—Yo no sabía de ti. Tu mamá mandó cartas y…

—No —lo interrumpí—. Yo mandé las cartas. Tu mamá —la suya— las interceptó.

Él parpadeó, confundido.

—¿Ella… qué?

—Se aseguró de que nunca supieras —respondí—. Doce años de silencio no fueron mi elección.

Sus hombros cayeron, como alguien que de pronto ve toda su historia al revés.

—Lo siento —susurró—. Sé que no basta. Sé que nunca recuperaré esos años. Pero quiero conocerlo. Si me dejan.

Mi hijo se sentó en la orilla de la cama, la voz más tranquila.

—No necesito un papá. Solo quería la verdad.

El hombre asintió, tragando seco.

Leave a Comment