Eso es algo salido directamente de una película. ¿Estás bien? Debió haber sido aterrador. Fue surreal. dijo robándose la muñeca. La forma en que me miró, Inma, no era solo un complimento, era como si estuviera mirando a través de mí a otra persona y el hijo me miró y simplemente se quebró. Las siguientes 24 horas fueron un limbo tenso. El teléfono de Catalina zumbaba con llamadas de su gerente, quien estaba siendo acosado por reporteros. La historia, aunque suprimida por la máquina de relaciones públicas de Herrera, se estaba filtrando en susurros.
Maximiliano Herrera sufre evento coronario masivo en el Mesón Dorado, mesera misteriosa involucrada. La llamada de Bartolomía Aguigre llegó la tarde siguiente. Solicitó una reunión, no en su oficina, sino en una suite discreta en el hotel Alfonso XI. La implicación era clara. Este no era un asunto para el registro público. Contra el mejor juicio de Inmaculada, se siente como si estuvieras caminando hacia una telaraña. Cata Catalina fue. Llevaba su blusa más bonita y trató de proyectar una confianza que no sentía.
La suite era impresionante con vistas panorámicas de la ciudad que normalmente solo podía ver desde abajo. Remedios Vázquez Herrera estaba sentada en un sofá de terciopelo lujoso, viéndose más pequeña y frágil de lo que había estado en el restaurante. Su dolor era una presencia palpable en la habitación. Partolome Aguirre estaba junto a la ventana, un centinela en traje gris. “Señorita Mendoza, comenzó remedios. Su voz arronca, pero firme. Gracias por venir. Por favor, siéntese. Catalina se sentó rígiblemente en el borde de un sillón.
Siento mucho lo que le pasó a su hijo, pero no entiendo. Hace 25 años, dijo remedios, su voz bajando a casi un susurro, perdí a mi hija soledad. Tenía 22 años, testaruda, hermosa, llena de vida. Ella tuvo una pelea con la familia, con mi padre y Maximiliano, sobre un hombre que estaba viendo, sobre su futuro. Salió de nuestra casa una noche y nunca más la volvimos a ver. El dolor en su voz era tan crudo, tan antiguo, que Catalina sintió una punzada involuntaria de simpatía.
Contratamos investigadores, gastamos millones, hubo pistas que no llevaron a ninguna parte. Crueles engaños. Después de años, la policía la declaró legalmente muerta, pero nunca lo creí. Una madre sabe. Nunca sentí en mi alma que ella se hubiera ido de esta tierra. Se inclinó hacia delante, su intensidad regresando. Cuando te vi ayer, la vi a ella. No eran solo tus ojos, era todo. La forma en que te paras, la forma de tu cara. Eres la imagen viviente de mi soledad.
Catalina sintió que su cabeza daba vueltas. Señora Vázquez, esto es un error. Nací en Huelva. Me criaron en el sistema de acogida. Mis padres nunca los conocí. Murieron en un accidente de coche cuando era bebé. Eso es todo lo que sé. De verdad. La voz de Bartolomea Aguirre se interpuso suave y cortante. Se adelantó sosteniendo un archivo delgado. Nos tomamos la libertad de hacer una investigación preliminar, señorita Mendoza. Su historial es escaso. Ingresó al sistema de acogida de Andalucía a los 18 meses de edad.