El mundo actual del cine y de la publicidad está dominado por bellezas muy jóvenes y ambiciosas que aparecen en las pantallas y ganan enormes sumas de dinero, o por individuos maduros cuyo carisma es tan poderoso que son buscados en cada proyecto.
¿Qué vemos en la realidad?
Sólo unos pocos pueden llamarse realmente personalidades destacadas. La mayoría, el 99% restante, está haciendo todo lo posible para convencer a los demás de que todavía son jóvenes, intentando unirse a la cohorte de estrellas jóvenes.
Un ejemplo de esta lucha por la juventud es Natalya Sturm, de 57 años, cuyas travesuras frente a la cámara son asombrosas. Bailando en negligé y una total falta de apoyo de sus seres queridos que pudieran recordarle su verdadera belleza sin necesidad de procedimientos cosméticos.
Y Natalia no está sola en esto. Lyubov Tolkalina y Svetlana Bondarchuk tampoco se cansan de mostrar sus encantos, lo que claramente cansó al público.