La diabetes tipo 2 es una enfermedad silenciosa que muchas veces da señales sutiles durante la noche, antes de ser diagnosticada formalmente. Estar atentos a ciertos síntomas nocturnos puede ayudarnos a detectar un posible desequilibrio en los niveles de glucosa en sangre, y tomar acción a tiempo para prevenir complicaciones.
Una de las señales más comunes es la necesidad de orinar con frecuencia durante la noche. Esto ocurre porque el cuerpo intenta eliminar el exceso de azúcar a través de la orina. Otra señal importante es sed intensa al despertar o durante la madrugada, ya que la deshidratación es consecuencia del exceso de orina.
El sudor nocturno excesivo también puede ser una advertencia, producto de desequilibrios de glucosa. Algunas personas experimentan dolores de cabeza matutinos, debido a bajones de azúcar durante la noche. A esto se suman los calambres en las piernas y el hormigueo o entumecimiento en manos y pies, asociados a la afectación de los nervios por niveles elevados de glucosa.
Finalmente, otra señal de alerta es el cansancio persistente al despertar, como si no se hubiera descansado en toda la noche. Esto ocurre porque los niveles de azúcar mal regulados interfieren con la calidad del sueño.
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