¿Alguna vez te has fijado en cómo lucen los pies de las personas mayores? Cansado, como aplastado por los años. Estos no son simplemente cambios relacionados con la edad, sino una consecuencia del hecho de que los pies han estado realizando una enorme cantidad de trabajo durante toda su vida, enfrentándose al estrés, a una movilidad limitada y a un flujo sanguíneo deficiente.
¿Cómo mantenerlos sanos? Veamos tres factores clave sin los cuales los pies no podrán realizar plenamente su función.
1. La circulación sanguínea es la base de la salud de los pies.
Los pies son llamados el segundo corazón. Y con razón. Desempeñan un papel importante en el sistema circulatorio.
¿Cómo funciona esto? El corazón bombea sangre por las arterias, pero elevarla nuevamente es más difícil. Los músculos de las pantorrillas y los pies participan activamente en este proceso. Cuando se mueven, se contraen, “empujando” la sangre hacia arriba: este mecanismo se llama bomba musculovenosa.
Pero si los pies permanecen inmóviles, el sistema falla. Como resultado, la sangre se estanca, aparece hinchazón, sensación de pesadez y, por lo tanto, varices e incluso riesgo de trombosis.
Quizás hayas notado que las personas con mala circulación suelen tener los pies fríos y pálidos, una clara señal de un flujo sanguíneo insuficiente.