Estas galletas son un verdadero placer para las fiestas de té de invierno. El limón, que forma parte de la masa, la enriquece con un aroma único. Durante su preparación, la cocina se llena de cálidos aromas, creando confort y haciéndote soñar con una manta calentita, películas familiares y momentos agradables con los seres queridos.
Sirvo estas galletas no solo con té, sino también con vino caliente con cerezas o cacao con leche.
Aconsejo a los amantes del limón que prueben esta receta. Si prefieres sabores menos intensos, reduce la cantidad de zumo y ralladura de limón.
