Una madre se ganaba la vida recogiendo basura; su hija fue rechazada durante doce años de escolarización, pero en su ceremonia de graduación pronunció una sola frase que hizo que toda la sala se pusiera de pie en lágrimas.

Fundó “La Sonrisa de Mi Madre”, un fondo que apoya a estudiantes desfavorecidos cuyos padres trabajan en la recolección de residuos.

En cada ceremonia de graduación,

Sobre las becas, cuenta su historia, no para despertar lástima, sino para decir:

“No hay nada sucio en el trabajo honesto.

Lo que te hace pobre no es tu trabajo, sino renunciar a tus sueños”.

Luego mira la pequeña y sonriente foto de su madre en su bolso y susurra:

“Lo logramos, mamá. Ya puedes descansar”.

Afuera, el sol poniente tiñe de rojo el cielo de California, reflejándose en los campos recuperados, donde, una vez, una madre recogió botellas de plástico para comprar el futuro de su hija.

Leave a Comment