Hay momentos conmovedores, casi sagrados, que la ciencia lucha por explicar. Entre ellos, un gesto que a menudo se repite en las historias de los trabajadores de cuidados paliativos: muchos pacientes, justo antes de su último aliento, levantan lentamente los brazos hacia arriba, como si saludaran a una presencia invisible.
Intrigante, reconfortante, a veces incluso calmante para los seres queridos… Este movimiento plantea preguntas profundas. ¿Qué significa? ¿Es una reacción neurológica, un llamado espiritual o un último gesto de amor?
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¿Un impulso hacia el “más allá”?
En sus momentos finales, algunos pacientes susurran nombres familiares, sonríen suavemente o miran fijamente un punto invisible con una expresión de ternura. Muchos dicen que ven a un ser querido fallecido, una figura espiritual o sienten una luz benévola.
Frases desgarradoras como: