
Un millonario ve el comienzo de su amor de la infancia con dos gemelas de tres años, ¡y la reconoce! Pero lo que hace después es increíble…
En los días siguientes, Olivia intentó retomar su rutina, pero no podía concentrarse. Los recuerdos de Jake y la confrontación que Logan había mencionado la agobiaban como un ancla. Logan, al notar el cambio en su actitud, decidió darle espacio, pero la observó con preocupación.
Una mañana, Olivia tomó una decisión. Levantó el teléfono y llamó a Jake. Él contestó después de unos cuantos timbres, con voz indiferente al otro lado de la línea.
Jake, soy Olivia. Necesitamos hablar. Hubo silencio unos segundos antes de que respondiera.
¿De qué? Ha pasado tanto tiempo. Se trata de las chicas. Nunca has querido saber nada de ellas, pero eso tiene que cambiar.
No por mí, sino por ellos. Jake suspiró. Olivia, ya lo dejé claro.
No quiero ser parte de esto. ¿Qué quieres que diga? ¿Que lo siento? Porque no lo siento. A Olivia se le encogió el corazón, pero mantuvo la voz firme.
¿Así que nunca los conocerás? ¿Nunca asumirás ninguna responsabilidad? Ya lo superé, Olivia. Creo que tú también deberías. Antes de que pudiera responder, la línea se cortó.
Se quedó allí, con el teléfono en la mano, intentando procesar el vacío que le había dejado esa conversación. Era el cierre que necesitaba, pero también una dura confirmación de que Jake nunca formaría parte de la vida de su hija. Cuando Logan llegó esa noche, encontró a Olivia sentada en el sofá con las gemelas dormidas a su lado.
Se sentó a su lado, esperando en silencio a que ella hablara primero. Hablé con Jake. Finalmente, ella dijo, rompiendo el silencio.
Logan frunció el ceño. ¿Y cómo fue? Como esperaba. No quiere saber nada de ellos.
No siente nada. Logan apretó los puños, su ira era evidente. No sabe lo que se pierde.
Olivia miró a sus hijas y suspiró. No lo hice por él. Lo hice por las niñas.
Necesitaba asegurarme de que no quedara nada que esperar de él. ¿Y ahora?, preguntó Logan. Ahora sigo adelante.
No quiero que las niñas crezcan bajo la sombra de un padre que nunca se preocupó. Logan asintió, admirando la fuerza que Olivia demostraba. Sabía que aún cargaba con el dolor, pero también veía una determinación renovada en ella.
A la mañana siguiente, Logan sorprendió a Olivia con un pequeño regalo: una libreta y un elegante bolígrafo. “¿Qué es esto?”, preguntó curiosa.
Una herramienta para planificar tu futuro. Quiero que anotes tus metas y lo que necesitas para alcanzarlas. Trabajaremos juntos en ello.
Olivia sonrió, conmovida por el gesto. «Gracias, Logan. No sé qué haría sin ti».
Haz exactamente lo que estás haciendo ahora: reconstruir. Solo estoy aquí para asegurarme de que tengas todas las posibilidades de triunfar.
Con el apoyo de Logan, Olivia continuó sus estudios, decidida a construir una vida mejor para ella y sus hijas. El enfrentamiento con Jake había sido doloroso, pero también liberador. Ahora sabía que ya no tenía que mirar atrás.
Los días transcurrían con una rutina cada vez más organizada. Olivia ahora se centraba por completo en sus estudios y en la crianza de los gemelos, mientras Logan permanecía a su lado, ofreciéndole un apoyo incondicional. La relación entre ambos se hizo más profunda y natural, marcada por la comprensión mutua y los pequeños gestos de cariño.
Una tarde, mientras Olivia revisaba sus notas en la sala, Logan entró con una carpeta en la mano y una sonrisa misteriosa. Ella lo miró intrigada. “¿Qué es eso?”, preguntó, dejando la libreta en su regazo.
«Una oportunidad», respondió Logan, entregándole la carpeta. Dentro había documentos y un contrato preliminar. Olivia leyó el encabezado: «Asistente de Proyecto, Empresas Bennett».
Frunció el ceño y miró a Logan confundida. ¿Me estás pidiendo que trabaje para ti? No intento presionarte, Olivia, pero pensé que esta podría ser una buena manera de empezar tu carrera mientras aplicas lo que estás aprendiendo. Es un puesto temporal con suficiente flexibilidad para que puedas seguir estudiando y cuidando a las niñas.
Olivia dudó mientras leía los detalles del contrato. La oferta era generosa, pero aún se sentía insegura. Trabajar directamente con Logan podría ser complicado, dado el vínculo emocional que estaban construyendo.
Logan, no estoy seguro de ser la persona indicada para esto. No tengo experiencia. Tú tienes más de la que crees.
Estás aprendiendo rápido y ya has demostrado que puedes afrontar los retos, y no te lo ofrezco como un favor. Creo de verdad en tu potencial. Las palabras de Logan eran sinceras, y Olivia percibió el peso de su aliento.
Sabía que aceptar este trabajo sería un gran paso, pero también temía no estar a la altura de las expectativas. Tras unos segundos de silencio, Olivia finalmente respiró hondo y sonrió levemente. «De acuerdo, lo haré».
Logan sonrió, visiblemente complacido. No te arrepentirás. Iremos despacio y, con el tiempo, verás lo capaz que eres.
A la mañana siguiente, Olivia conoció al equipo de Logan. A pesar de su nerviosismo inicial, enseguida se dio cuenta de que él había elegido personas pacientes y comprensivas para guiarla. El trabajo requería organización, atención al detalle y capacidad para cumplir plazos.
Pero Olivia afrontó cada reto con determinación. Los gemelos también parecían más felices y más adaptados a su nueva rutina. Pasaban las tardes jugando en el jardín o dibujando en la cocina, llenando la casa, antes tranquila, con el sonido de las risas y la energía de los niños.