Un hombre dejó a su prometida en el altar. Cinco años después, la encontró en el parque y quedó impactado por lo que vio.

Laura tomó el sobre, sin saber si alguna vez lo leería. Sus miradas se cruzaron por última vez. Entonces Michael se dio la vuelta y se alejó, desapareciendo entre la multitud.

Los niños corrieron hacia ella.

“Mamá, ¿estás bien?”, preguntó uno de los hijos.

Ella asintió, forzando una sonrisa.

“Por supuesto. Estamos juntos, y eso es lo que importa.”

Mirando a su alrededor, Laura sintió que el pasado ya no tenía poder sobre ella. Abrazó a los niños y dijo en voz baja: “Vamos a tomar un helado”.

Los chicos gritaron de alegría y se dirigieron al quiosco. Laura no se dio la vuelta. Su vida continuó, solo hacia adelante.

¿Qué opinas? ¿Michael merecía una segunda oportunidad? ¿Debería Laura haberle abierto la puerta a su nueva realidad? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!

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