Un hombre cambia su contraseña de Wi-Fi y su vecino llama al 911…

No se oye nada adentro. Navarro tocó fuerte. ¿Brandon? Habla la policía.

Necesitamos hablar. Nada. De repente, se oye movimiento.

Una silla raspando, pasos. La mano de Carter se cernía sobre su arma. Abre la puerta.

Ahora. Lentamente, el pomo giró. La puerta se abrió con un crujido, revelando a Brandon Foster.

Parecía sobresaltado, nervioso. Su mirada se movía entre Navarro, Carter y su tía. Sus manos se movían nerviosamente a los costados.

¿Qué pasa? —preguntó con voz tensa. Navarro lo observó—. Tenemos motivos para creer que ha estado accediendo a cámaras de seguridad privadas del vecindario.

¿Quieres explicar eso? El rostro de Brandon apenas se inmutó, pero sus dedos se curvaron ligeramente, como si estuviera agarrando algo invisible. ¿Qué? ¡Qué locura! Se burló.

No sé de qué hablas. Carter no se lo creyó. ¿Te importa si revisamos tu portátil? Apretó la mandíbula.

No tienes orden judicial. Navarro se acercó. Brandon, podemos conseguir una.

Pero ahora te damos la oportunidad de decirnos la verdad antes de que esto empeore. Un latido largo y tenso. Entonces… Brandon exhaló.

Mira, yo… Se pasó una mano por el pelo. No estaba haciendo nada ilegal, ¿vale? Solo… Navarro lo interrumpió. Entonces, ¿por qué tu dirección IP está vinculada a una brecha de seguridad en varias casas? Brandon se quedó paralizado.

A Melanie se le quebró la voz. —Brandon, por favor.

Dime que no estás involucrado en esto. Sus ojos se clavaron en ella. Y por primera vez, su máscara se quebró.

No pretendía que llegara tan lejos, murmuró. Empezó como una broma. Quería ver si podía entrar al wifi de alguien, solo para molestarlo.

La voz de Navarro era cortante. ¿Así que admites que hackeaste la red? Brandon dudó. Luego asintió.

A Melanie se le cortó la respiración. Brandon siguió hablando, con la voz más rápida. Se suponía que solo era una broma.

Pero entonces vi las cámaras de seguridad. Y me picó la curiosidad. Carter entrecerró los ojos.

¿Curioso? ¿O obsesionado? Brandon no respondió. A Navarro se le acabó la paciencia. ¿A cuántas personas has visto? Silencio.

Leave a Comment