Aunque muchas personas asocian este tipo de imágenes con símbolos místicos o divinos, es importante aclarar que ninguna religión reconocida incluye estas manifestaciones como parte oficial de sus creencias. De hecho, atribuirles significados espirituales puede contradecir los principios fundamentales de algunas doctrinas, que reservan lo sagrado para dimensiones no terrenales.
Estas interpretaciones suelen nacer del deseo humano de encontrar sentido en lo inexplicable. Pero, desde el punto de vista de la fe institucional, estas figuras no son aceptadas como revelaciones o mensajes del más allá.
La ciencia detrás de las formas celestiales
Las nubes se forman por condensación de vapor de agua en la atmósfera. Su forma, tamaño y disposición cambian constantemente debido a factores como el viento, la presión atmosférica y la temperatura. Cuando varios elementos coinciden en el momento preciso, pueden surgir figuras reconocibles que activan nuestra imaginación.
Este tipo de combinaciones infinitas son naturales y frecuentes, aunque no siempre tan perfectas o llamativas como el ojo en cuestión. Son una prueba de la complejidad del clima, no de lo sobrenatural.