Todas las noches, mi esposo dormía en la habitación de nuestra hija, así que instalé una cámara oculta. Lo que descubrí en ese video me hizo temblar y se me paró el corazón por un instante.

El diagnóstico

Al día siguiente, llevé el video al hospital infantil del centro y se lo enseñé al pediatra.

Después de verlo, el médico me examinó detenidamente y dijo:

“Su hija es sonámbula. Es un trastorno del sueño que suele presentarse en niños con miedos profundos o estrés emocional”.

Luego preguntó:

“¿Alguna vez estuvo separada de usted durante un período prolongado cuando era pequeña?”.

Me quedé paralizada.

Los recuerdos volvieron a inundarme.

Después de mi divorcio, tuve que dejar a Emma con mi madre durante más de un mes para poder trabajar y recuperarme.

Cuando regresé, ni siquiera me reconoció.

Asustada, se escondió detrás de mi madre.

Sonreí y pensé:

“Algún día me reconocerá”.

Pero no me di cuenta de que había dejado un vacío en su pequeño corazón, un vacío que nunca sanaría.

Solo con fines ilustrativos.

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