“Su esposa lo dejó a él y a sus 5 hijos — 10 años después, ella regresa y se queda impactada al ver lo que él ha hecho.”

—Quizás te perdonen, tal vez incluso te amen. Pero eso no significa que volvamos a ser pareja.

Ella asintió. —No espero eso.

Él la miró largo rato. —Pero creo que ahora te estás convirtiendo en la madre que ellos merecen. Y si estás dispuesta a ganarte cada pedazo de confianza… podemos buscar un camino.

Sarah soltó un suspiro lento. —Eso es todo lo que quiero.

Un año después

La casa Carter era más bulliciosa que nunca. Mochilas amontonadas junto a la puerta, tenis por el porche, aroma a espagueti en la cocina. La última pintura de Zoe colgaba sobre el sofá, y James ayudaba a Mason a pegar un volcán para ciencias.

Sarah entró con una bandeja de galletas. —Recién horneadas. Sin pasas esta vez, Mason.

—¡SÍ! —gritó Mason.

Emma le tiró de la camiseta. —¿Podemos terminar la corona de flores después?

Sarah sonrió. —Por supuesto.

Lily miró desde el pasillo, con los brazos cruzados.

—Te quedaste —le dijo a Sarah.

—Lo prometí.

—Eso no borra todo. Pero… lo estás haciendo bien.

Eso era lo más parecido al perdón que Lily había dado—y Sarah supo que era invaluable.

Más tarde esa noche, James se quedó mirando por la ventana de la cocina, viendo a Sarah leerle a Emma en el sofá, con los gemelos a cada lado.

—Ella es diferente —dijo Lily, acercándose.

—Tú también —respondió James—. Todos lo somos.

Sonrió, poniendo una mano en su hombro.

—Crié a cinco hijos increíbles —dijo—. Pero ya no se trata solo de sobrevivir. Ahora se trata de sanar.

Y por primera vez en mucho tiempo, la casa volvió a sentirse completa—no porque todo haya vuelto a ser como antes, sino porque todos habían crecido hacia algo nuevo.

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