Es un trastorno psiquiátrico que aparece en personas que han vivido un episodio dramático en su vida (guerra, secuestro, muerte violenta de un familiar).
En las personas que lo sufren es habitual las pesadillas que rememoran la experiencia trágica vivida en el pasado.
En estos casos, es necesario diferenciar este síndrome de otras problemáticas que conllevan como desencadenantes situaciones de la vida “cotidiana”, como un divorcio, conflictos familiares o problemas económicos.
Causas
Actualmente, los especialistas no saben cuál es la causa exacta de que un hecho traumático pueda generar este síndrome en unas personas, pero no en otras.
En estos casos, los genes, las emociones y la situación familiar juegan un papel importante. Es posible que traumas emocionales del pasado aumenten el riesgo de padecer este trastorno después de un acontecimiento traumático reciente.
En circunstancias normales, las hormonas y los químicos del estrés que secreta el organismo ante un evento estresante vuelven, en un plazo corto de tiempo, a sus niveles normales. Pero en el caso de las personas con síndrome de estrés postraumático, el cuerpo sigue secretando hormonas y químicos.
Las causas que provocan esta patología pueden ser:
Un robo, violación o ser víctima de la violencia de género.
Terrorismo o una guerra.
Encarcelamiento o un accidente automovilístico.
Desastres naturales.
Síntomas
En algunos casos, la aparición de los síntomas puede producirse años más tarde de haberse sucedido el acontecimiento causante. Estos son los signos más característicos:
Rememoración del trauma, pesadillas o recuerdos instantáneos e involuntarios en cualquier momento del día.
Alucinaciones con la idea de que se repite el hecho traumático.
Ansiedad extrema al entrar en contacto con las personas, lugares o cualquier circunstancia que recuerde el acontecimiento.El paciente suele evitar conversaciones, lugares, personas y, en general, cualquier cosa que pueda relacionarse con el trauma.
Palpitaciones, dificultad para respirar y secreción elevada de sudor cada vez que se recuerda el hecho desencadenante.
Incapacidad para recordar detalles importantes del acontecimiento traumático.
Sentirse psíquicamente distante, entumecido y paralizado ante cualquier experiencia emocional normal.
Perder el interés por las aficiones y diversiones.
Mostrar signos de hiperactividad: Dificultad para dormir, irritabilidad, incapacidad para concentrarse o alarmarse con mucha facilidad.
Los síntomas duran un mes como mínimo y afectan a la capacidad del paciente para retomar su vida normal tanto en casa, como en el trabajo o en las situaciones sociales.
Tratamientos
El tratamiento es a largo plazo, lo que explica el alto grado de abandono de la terapia. Se estima que el 75 por ciento de los pacientes tratados lo abandona.La terapia se basa en una combinación de fármacos y psicoterapia.
Los fármacos empleados se dirigen a tratar los diversos síntomas del síndrome, teniendo en cuenta los más acusados. Los medicamentos que suelen prescribirse son antidepresivos y ansiolíticos.