” Hizo una pausa. Es mi esposa. Silencio absoluto. Se podía oír caer un alfiler. Elena Balbuceo. Su su esposa. Los ojos de Javier eran duros. La mujer a la que llamasteis, nadie. La mujer por la que dijisteis que nadie se preocupa. Es la persona que más me importa en este mundo. Su abogado dio un paso al frente con una tablet. Tenemos todo grabado, señor Rivas. El directo entero, la agresión, todo. La voz de Javier cortó la sala.
Poned las imágenes de seguridad en todas las pantallas. Ahora. Las televisiones del bar cobraron vida, mostrando múltiples ángulos de todo lo que había sucedido. El empujón, el vestido rasgado, el tirón de pelo, el pisotón, el champán, la humillación, la multitud grabando todo. Sofía empezó a llorar. No queríamos. Javier la interrumpió. ¿No queríais agredirla, humillarla, retransmitirlo a miles de personas? Los otros invitados empezaron a alejarse de las tres mujeres como si estuvieran contaminadas. Algunos borraban nerviosamente los videos de sus móviles.
Javier se giró hacia el director del local. “Usted se quedó ahí”, dijo en voz baja. Vio cómo atacaban a mi mujer y no hizo nada. Al director le temblaba la boca. Yo yo pensé que ella era solo. Solo que la voz de Javier se elevó. Alguien que no importaba. Alguien a quien no merecía la pena proteger. Está despedido ahora mismo. El abogado dio un paso al frente. Elena Morrison, Sofía Chen, Beatriz Harley. Las tres se congelaron al oír sus nombres completos.
Están acusadas de agresión, destrucción de la propiedad y humillación pública. La policía ya está de camino. Justo en ese momento, dos agentes entraron en el bar. Elena se derrumbó. ¡Espere!”, gritó. Pagaremos lo que sea. Le daremos dinero, por favor. La risa de Javier fue amarga. ¿Crees que esto va de dinero? Sacó su móvil e hizo la primera llamada mientras ellas miraban. Señor Harrison, habla Javier Rivas. Sí, necesito que retire todas las inversiones de Industrias Morrison. Inmediatamente la cara de Elena se volvió blanca.
Se desplomó en una silla. Javier hizo una segunda llamada. Sí, llamo por Sofía Chen, la modelo. Ha visto el video Vidal. Sí, ese está acabada. Retírenla de todas las campañas. Los soyosos de Sofía se volvieron histéricos. Su carrera destruida en segundos. La tercera llamada fue aún más devastadora. Señor Harley, habla Ribas, sobre la fusión con su empresa. Me retiro. Sí, por culpa de su hija. Acaba de agredir a mi esposa. Beatriz cayó de rodillas. Javier se dirigió a toda la sala.