Prometo, dijeron todos al unísono sellando un pacto que sabían que honrarían por el resto de sus vidas. Dos años después, Sebastián e Isadora anunciaron que estaban esperando su primer hijo. Elena lloró de alegría al saber que finalmente iba a ser abuela y Rodrigo comenzó inmediatamente a planear cómo iba a mimar a su futuro nieto. La Fundación Elena Milagros había crecido hasta convertirse en una de las organizaciones de reunificación familiar más respetadas de Latinoamérica, habiendo reunido a más de 200 familias en 12 países.
Elena había publicado un libro sobre su experiencia titulado Nunca es demasiado tarde para volver a casa, que se había convertido en un bestseller internacional e inspirado a miles de personas a buscar a sus familiares perdidos. Rodrigo había transformado completamente su empresa, implementando políticas de responsabilidad social que la habían convertido en un modelo de ética empresarial. Y Sebastián e Isadora habían construido un matrimonio basado en el amor, la honestidad y los valores familiares que habían aprendido durante su proceso de reunificación familiar.
Pero más importante que todos estos logros externos era la felicidad simple y profunda que compartían cada día. Las cenas dominicales en casa de Elena, donde toda la familia se reunía para cocinar, reír y compartir historias. Los paseos por el parque donde Sebastián había jugado de niño, ahora con su esposa y sus padres, las noches tranquilas donde simplemente se sentaban juntos agradecidos por el milagro de estar reunidos, porque al final habían aprendido que el amor verdadero no es perfecto, pero es incondicional, que las familias pueden ser sanadas sin importar cuán profundas sean las heridas, que nunca
es demasiado tarde para una segunda oportunidad y que a veces los finales más hermosos vienen después de los comienzos más dolorosos. La mujer, que un día había parecido una extraña en la calle, había resultado ser el eslabón perdido que faltaba para completar el rompecabezas de sus vidas. Y con su regreso no solo habían recuperado una madre y esposa perdida, habían descubierto el verdadero significado de la familia, el perdón y el amor que nunca muere.